El funcionario macrista no sólo los compró y negoció su precio, sino que participó en las reuniones que decidieron su destino.

Denuncian a Quintana el Día de los Trabajadores en Plaza de Mayo.
La defraudación al erario público a través de la operatoria de los contratos de dólares futuro parece marcar el punto de equilibrio delictivo entre el kirchnerismo y el macrismo. Así lo demostraría la participación -y adopción de medidas en su propio beneficio- de funcionarios macristas que se plegaron, de esta manera, al fraude del kirchnerismo en su declive. Una operatoria que le cuesta más de setenta mil millones de pesos al Estado argentino -equivalente a doce millones de salarios mínimos o, si se quiere, el salario mínimo de un millón de argentinos por un año entero-. Los principales beneficiarios del fraude fueron bancos, empresas agropecuarias y farmacéuticas, pero también hombres del poder político. Como Mario Quintana, secretario de Coordinación Interministerial e íntimo del presidente Mauricio Macri, quien no sólo negoció el precio final del dólar futuro con la entidad que se encarga de la operatoria, sino que además participó de las reuniones del gobierno que decidieron cómo solucionar el problema del dólar futuro que heredaban de la administración anterior. Una flagrante acción reñida con la ética, ya que Quintana actuó como parte interesada en un ámbito que iba a resolver el conflicto de esos intereses sin siquiera señalar su posición, aunque lo que hubiese correspondido era que se excusara de decidir sobre un asunto que incumbía directamente sobre su fortuna particular o la de su empresa.

Mario Quintana, cuestionado por su rol en los dólares futuro.
Fue la primera acción económica del gobierno. Mauricio Macri asumió como presidente de la Nación el jueves 10 de diciembre de 2015. El viernes 11 se produjo la primera reunión en el ministerio de Economía para resolver el problema puntual de los dólares futuro, reunión que se replicaría el sábado 12 en el Banco Central y que culminaría con las reuniones de Quintana con los directivos de ROFEX -que se encarga de los contratos de dólares futuro- el domingo 13. Según fuentes que participaron del proceso, entre los participantes se discutieron diversas salidas. Desde posiciones duras que planteaban modificar los contratos para reestablecer el precio de compra de dólares futuro en 14 pesos -lo cual hubiera reducido sensiblemente la ganancia de los especuladores- a pagar los contratos con bonos. Ganó la posición blanda que implicó una modificación de los contratos muy leve. Los participantes no recuerdan ninguna posición de Quintana que afectara los intereses de los tenedores de los contratos de dólar futuro. Existe malestar entre algunos de los asistentes a las reuniones que reconocen la incompatibilidad de la presencia allí de Quintana con la de los objetivos de los cónclaves y sus intereses propios. En dichas reuniones también había participado Gustavo Lopetegui, secretario de coordinación de políticas públicas del gabinete de ministros -mano derecha del jefe de gabinete Marcos Peña-, que también había comprado dólares futuro. Sin embargo, trascendió que apenas había resultado ganador Mauricio Macri en el ballotage, vendió los contratos que atesoraba.
Según señalan los documentos judiciales de la causa que lleva adelante el juez Claudio Bonadío para investigar la posible defraudación al erario público y por la que tomó indagatoria a la ex presidenta Cristina Fernández, al ex ministro de economía Axel Kicillof y al ex jefe del Banco Central Alejandro y que revelara el sitio El Destape, el domingo 13 de diciembre de 2015 Quintana participó de la reunión que fijó el precio de los contratos. Diego Germán Fernández, gerente general de ROFEX, declaró ante Bonadio que hubo una reunión que se llevó a cabo «el domingo 13 de diciembre de 2015 en el Ministerio de Economía (…) En esta última reunión (…) se acordó que si ROFEX declaraba la emergencia y realizaba una corrección de precios, el mercado podía ser normalizado y obviamente el BCRA iba a honrar sus obligaciones”. La modificación implicaba que los contratos pasaban de considerar como precio los $10 a los que el ex presidente del Banco Central vendía los dólares futuro (cuando en la Bolsa de Nueva York cotizaban a 15) para incrementarlos en $1,25 para los contratos comprados antes de octubre e incrementarlos en $1,75 para aquellos posteriores. Si bien es cierto que planteaba una quita de ganancias, el tamaño de aquellas seguía siendo sideral y explica la pérdida de 70 mil millones de pesos sufridos por el Banco Central.
Mario Quintana había comprado $11.480.000 dólares futuro mediante las empresas Farmacity y el Fondo Pegasus antes de asumir como funcionario de gobierno. No se desprendió de esos contratos cuando Cambiemos ganó las elecciones. No sólo eso: participó de las reuniones del equipo económico que tan temprano como el día siguiente de la asunción de Mauricio Macri decidió el destino de los contratos. Y luego fue quien decidió con los representantes de los compradores el precio al que se iban a pagar esos contratos. Quintana fue defendido por Marcos Peña con las siguientes palabras: “Quintana es una persona de una empresa, no el dueño, no una persona que compra para ganarse unos mangos. Si alguien especuló financieramente o promovió la especulación son los que promovieron 6 tipos de cambio». Una fórmula repetida para explicar los problemas de hoy sólo mirando hacia el pasado. Sin embargo, las ganancias de las empresas de Quintana con las operaciones fraudulentas brindan réditos hoy mismo. Hay quienes reclaman la renuncia de Quintana a sus funciones en el gobierno. Hay quienes repiten: “Que los K devuelvan la que se robaron”. La conjunción lógica de las dos consignas debería plantear el destino del zorro en el gallinero.
Y la estafa al estado donde está? Negoció una quita del pago a favor del BCRA y contra los intereses de su empresa
Total…en Impunelandia (ex Argentina) no va en cana nadie ni tampoco existe la dignidad…»a ver si renuncio y me quedo en banda sin poder.»