La investigación sobre el ataque terrorista contra un transporte israelí no arrojó pruebas concluyentes.
*Desde Londres. El dramático anuncio del ministro del Interior búlgaro Tsvetan Tsvetanov el martes pasado sobre la investigación del ataque terrorista ocurrido en julio de 2012 contra un colectivo turístico israelí, fue inicialmente interpretado por los medios de occidente como clara evidencia de la responsabilidad de Hezbollah por las muertes.
Sin embargo, una serie de comunicados más precisos sobre las declaraciones del ministro y los únicos detalles que él dio, revelan que el supuesto vínculo entre las sospechas de la bomba y Hezbollah es más una conjetura, que una conclusión basada en evidencia específica.
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Tsvetanov fue citado en varios medios sosteniendo que: “Nosotros hemos establecido que dos de ellos eran miembros del ala militante de Hezbollah.” El ministro también dijo: “Existe información que demuestra el financiamiento y la conexión entre Hezbollah y los dos sospechosos”, de acuerdo a la BBC y el Jerusalem Post.
Aquellas declaraciones implicaban que los investigadores de Bulgaria tenían evidencia directa y secreta de la participación de Hezbollah en la bomba de Burgas.
Pero el New York Times citó el miércoles a Tsvetanov, en relación a una sesión del Consejo Consultivo de la Seguridad Nacional; “Una hipótesis razonable, repito, se puede hacer una hipótesis razonable de que dos de ellos eran miembros del ala militante de Hezbollah.”
Esa declaración parece admitir que él estaba simplemente especulando sobre la base de datos de los que no necesariamente se desprendía tal conclusión.
En un reportaje de la agencia de noticias Sofia, la proveedora de noticias en inglés más importante de Bulgaria, Tsvetanov fue citado como declarando que la investigación llevó a una “hipótesis bien fundada” de que los dos responsables del ataque mortal pertenecían a lo que el gobierno búlgaro califica como “el ala militante de Hezbollah”.
Durante una entrevista con la Radio Nacional de Bulgaria, el jefe de fiscales de ese país, Sotir Tsatsarov, puso énfasis en que la investigación sobre la bomba del colectivo en Burgas no estaba concluida y expresó preocupación por la frase “hipótesis bien fundada”.
El jefe de fiscales deslizó que la conclusión de Tsvetanov sobre Hezbollah podría ser producto de presiones políticas. Tsatsarov dijo que la fiscalía “no podía ser utilizada para tomar decisiones políticas, ni para justificarlas” según Sofia News Agency.
En una entrevista de la Televisión Nacional de Bulgaria, el Ministro de Relaciones Exteriores Nikolay Mladenov defendió la frase de Tsvetanov sobre la “hipótesis bien fundada”. Mladenov explicó que la declaración significaba que a esta altura de la investigación, Bulgaria tenía “buenas razones” para creer que el ataque había sido organizado e ideado por miembros de la rama militante de Hezbollah, según reportó Sofia News Agency.
Sin embargo, Mladenov no aseguró que alguna de esas “buenas razones” fueran, de hecho, evidencia confiable.
El martes, en una entrevista con Associated Press, el director de Europol, Rob Wainright sostuvo que, “Las autoridades búlgaras están haciendo fuertes conjeturas de que este es el trabajo de Hezbollah.”
Pero además Wainright solo citó los argumentos más vagos en favor de la “hipótesis” sostenida por Tsvetanov, expresando que “Por lo que he visto del caso -desde los fuertes y obvios vínculos con el Líbano, hasta el modus operandi del ataque terrorista y por lo que hemos visto de otros servicios de inteligencia- considero que se trata de una hipótesis razonable”.
Europol envió varios investigadores para ayudar a las autoridades búlgaras en la investigación sobre la bomba de Burgas, Wainwright informó a Associated Press.
Ninguno de los detalles aportados por Tsvetanov, según informes de prensa, contienen evidencia que demuestre que dos de los presuntos conspiradores pertenecen a Hezbollah o que Hezbollah haya financiado el plan terrorista.
Las pruebas más significativas, según Tsvetanov eran las prolongadas estadías en Líbano de dos de los supuestos tres responsables del ataque y las licencias de conducir que fueron falsificadas en ese país.
Tsvetanov afirmó que dos de los presuntos conspiradores -que poseen pasaportes de Australia y Canadá-, que habrían ayudado al tercer miembro de la célula para perpetrar el bombardeo de Burgas, vivieron en el Líbano entre 2006 y 2010.
También indicó que dos de los permisos para conducir utilizados por los acusados fueron “falsificados en el Líbano”, y que Bulgaria pudo reconstruir los movimientos de dos de los sospechosos desde el Líbano hasta Europa.
Esos vínculos entre los presuntos culpables y el atentado perpetrado por ellos, difícilmente podrían justificar una hipótesis sobre la responsabilidad de Hezbollah en lo ocurrido. Las células terroristas de Al-Qaeda han operado en el Líbano durante años y tienen la capacidad técnica para un ataque de esas características.
Miembros de una de las redes de Al-Qaeda en la que fueron arrestados 13 hombres organizados en diferentes células durante 2006 y 2007, confesaron el planeamiento y ejecución del Primer Ministro libanés Rafik Hariri en 2005, aunque luego se retractaron antes del juicio.
Además, Al-Qaeda se responsabilizó por una serie de ataques a turistas israelíes en otras oportunidades, mientras que no existe ningún caso conocido de un bombardeo a turistas de ese país cometido por Hezbollah, según indicó un vocero de la organización el miércoles pasado.
En noviembre de 2002, Al-Qaeda llevó adelante un atentado contra turistas israelíes en Mombasa, Kenya que incluyó el intento de balear un avión de pasajeros israelí y tres suicidios en un autobomba ubicado en un hotel cuyos dueños son de origen israelí.
Dos años después, un afiliado a Al-Qaeda se responsabilizó por el bombardeo a tres resorts en el Mar Rojo, en los que murieron 34 turistas israelíes. Y en julio de 2005 la misma organización vinculada con Al-Qaeda se adjudicó los ataques suicidas que mataron a 88 personas en una zona cercana a un shopping y un hotel lleno de turistas, incluidos israelíes, en el resort egipcio Red Sea, en la ciudad de Sharm el Sheik.
Sin embargo, Tsvetanov no ofreció ninguna evidencia específica que abonara su conclusión.
Otro aspecto de la investigación de Bulgaria que sugiere que la información sobre los presuntos participantes del ataque todavía es muy limitada, es el hecho -informado por el diario local Sega- de que los investigadores no encontraron ninguna comunicación directa y solo “indicios indirectos” de lazos entre el holding árabe, un pasaporte australiano y el responsable del ataque.
La acusación de Bulgaria contra Hezbollah basada en poco más que en supuestos, ha generado dudas sobre supuestas presiones de Estados Unidos e Israel sobre el gobierno búlgaro, para que éste llegue a una conclusión alineada con la posición americana-israelí.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Mladenov negó el hecho de que Bulgaria estuviera bajo presión para emitir una declaración sobre el estado de la investigación. Pero tanto EEUU como Israel han dado muestras de querer obtener dicha declaración.
Bulgaria es miembro de la OTAN -NdR:Organización del Tratado Atlántico Norte- y ha expandido sus vínculos militares y de inteligencia con Israel desde que las relaciones de ese país con Turquía se cortaron en 2009.
Israel también jugó un papel central en la investigación búlgara, tal como el Ministro del Interior Tsvetanov reconoció durante su presentación el martes. Agradeció especialmente al gobierno israelí por su apoyo en la investigación y dijo que Israel proveyó de “pericias relevantes” en relación a uno de los indicios citado implícitamente, que apuntarían a Hezbollah –la identificación de las licencias de conducir falsificadas utilizadas por la célula presuntamente responsable por la bomba.
Ha’aretz informó el martes que Israel y EEUU temieron que “aunque que el veredicto de la investigación fuera claro, las declaraciones públicas de Bulgaria serían ambiguas y evitarían mencionar a Hezbollah como responsable.”
John Brennan, principal asesor del presidente americano Barack Obama en cuestiones de seguridad nacional y contra-terrorismo, presentó un escenario en que la investigación de Bulgaria habría llegado a una conclusión definitiva. Brennan alabó a las autoridades búlgaras por “su determinación y compromiso para asegurar que Hizballah de cuenta de sus actos de terrorismo en suelo europeo”.
*Gareth Porter, investigador y periodista especializado en la política de seguridad nacional norteamericana. Ganador del premio inglés Gellhorn Prize en 2011 por sus artículos sobre la guerra de Estados Unidos contra Afganistán.