En el día de ayer dos hombres fuertes del Gobierno Nacional, Amado Boudou y Axel Kicillof, recibieron abucheos e insultos, uno en un acto oficial en la Ciudad de San Lorenzo y el otro junto a su familia cuando emprendía su retorno al país desde Uruguay. Este tipo de manifestaciones, en un punto cobarde porque se escudan en la multitud y el anonimato, dan muerte a la discusión política, a la posibilidad de pensar distinto y son útiles para los que se está en desacuerdo.
Foto: Infobae.com
El escrache fue una herramienta muy utilizada, principalmente por la Agrupación H.I.J.O.S., pero el espíritu era otro. Como la misma organización ha explicado en más de una ocasión, en un contexto de impunidad (periodo en el cual estaban vigentes las Leyes del Perdón), donde no existía la posibilidad de una condena judicial de personas que han sido demostradas como culpables de delitos de lesa humanidad, el escrache era el salvoconducto ciudadano. Por más que no se esté de acuerdo, por más que se tenga severas diferencias con quienes llevan adelante los destinos del país, ni Boudou, ni Kicillof, pueden ser ubicados a la altura de quienes cometieron los crímenes más aberrantes de nuestra historia.
Boudou, severamente cuestionado e investigado por graves hechos de corrupción y enriquecimiento ilícito, fue el anfitrión principal del acto oficial en conmemoración del bicentenario de la Batalla de San Lorenzo. A pesar de que para el Gobierno dicha batalla no revistió la envergadura de feriado (es evidente que Belgrano tiene privilegios sobre San Martín en la consideración nacional), hasta la ciudad santafesina viajó el Vicepresidente de la Nación. Al abandonar el palco oficial Boudou señaló «bajemos los decibeles con las agresiones, nosotros formamos un gobierno lleno de amor».
Por su parte, el Superministro Axel Kicillof debió ser resguardado en la cabina del capitán para su protección cuando pretendía embarcarse junto a su esposa y su dos hijos de 2 y 4 años cuando una decena de personas comenzó a insultarlo.
Rápidamente comenzaron a oírse las críticas a estos hechos. Los primeros en manifestar su rechazo fueron el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y su par cordobés, Juan Manuel De la Sota. Conjuntamente, el siempre picante Jorge Asís indicó que “insultar a Axel Kicillof junto a sus hijos fue una canallada”.
La crispación y la intolerancia, generados e incentivados en ocasiones desde el Poder, no son buenos vehículos para el desarrollo un buen sistema de político. El pensar distinto no nos puede convertir en legítimos agresores. Como rechazamos los juicios a ciertos periodistas llevados a cabo por un sector de las Madres de Plaza de Mayo, debemos pronunciar nuestro rechazo en esta ocasión.
Es absurda la posición del artículo. Al inicio la justifica diciendo: «Este tipo de manifestaciones, en un punto cobarde porque se escudan en la multitud y el anonimato, dan muerte a la discusión política, a la posibilidad de pensar distinto y son útiles para los que se está en desacuerdo.» Es decir que las manifestaciones de masas, la huelga general y la revolución serían actos de cobardes porque «se escudan en la multitud y el anonimato».
Yo creo que los funcionarios deben ser todos electivos y revocables. Si nunca rinden cuentas, manifestaciones tales como los abucheos son una expresión (limitada) de vitalidad política del pueblo.
Estas confundiendo chicha con limonada. Equiparar una huelga a los insultos es, valga la redundancia, un insulto al intelecto de los que leemos este sitio.
En cuanto a que los funcionarios deben ser todos electivos, no concuerdo, sería mezclar perros y gatos, con el consiguiente resultado. Eso no existe en ninguna parte del mundo y por algo será.
Finalmente, no hay que ser tan «ligero» para no darse cuenta de la causa del abucheo ya que no es casualidad que justo antes publicaron una nota muy tendenciosa en un importante medio mostrando la casa vacacional de Kicillof como dando a entender que vivía como un rey (y nada que ver).
Antes que salten, no soy oficiliasta, ni de la oposición, más bien soy realista. Hay muchas cosa del gobierno que me agradan pero muchas no. De lo que si estoy convencido es que no hay oposición lo cual me da mucha pena puesto que no veo una salida mejor.
Estamos mirándonos el ombligo hace rato, creyendo que superamos la peor decadencia política argentina cuando estamos completamente inmersos en ella y dejamos que la agenda del «relato» y la semántica de los medios nos pongan lìmites que no nos atrevemos a trascender. Escrache, lo de Kiciloff no fue ningùn escrache, se metió donde no iba a ser bien recibido y se lo hicieron saber. Para escrache, chicos, les dejo una amenaza clara de escrache y una lección de ciudadanía al mismo tiempo. Pero claro, los gallegos son unos boludos que no tienen nuestras sutilezas políticas..
http://www.youtube.com/watch?v=LtNBnc6khHg
Boudou no merece mi opinión. Kicillof es el punto de la controversia, no porque le gritaron Judío, sino que muchos se desgarran las vestiduras porque su hijo lloró a causa del escrache.
Vale la pena reflexionar y decir cuántos miles de niños lloran diariamente por la política de este Gobierno cuyo populismo solo le brota cuando hay elecciones.
El escracha Kiciloff sí es condenable, pero los abucheos a Boudou no. Es un político y estaba en un acto político. Un político en un acto puede ser aplaudido o abucheado.
Disculpen la insolencia de discentir, creo que esto lejos de ser un escrache es la manifestación palpable del hartazgo por el menosprecio : por la inteligencia del otro, la falta de respeto al otro, el pavoneo fatuo de quienes detentan el poder despreciando la opinión de los otros , en suma la falta de reconocimiento de un «OTRO» que es parte fundamental de la sociedad. Ese menosprecio es producto de todas las acciones enumeradas y muchas mas y no es un escrache organizado por nadie, es una condena social porque cuando no existe la Justicia Institucional , se pone en funcionamiento la condena social y eso no se puede impedir y gracias que solo son palabras, ellos agreden con hechos, porque el que no come o no tiene agua , es por la impericia , la ineficiencia , la inoperancia del gobierno