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Lo que Macri no dijo de las inundaciones

A contramano de lo que presagiaba el calendario de diciembre, el cataclismo se adelantó un día: nube tóxica por la mañana, temporal por la tarde, barrios enteros sin luz ni agua y el trunco final del “más poderoso de los monopolios” anunciado por el gobierno fueron las noticias del 6D.

En medio del mini apocalipsis, algunas versiones indicaban que el jefe de gobierno porteño estaba disfrutando de la calidez azteca mientras se desencadenaba el desastre. Horas después, la cuenta oficial de Maricio Macri informaba que el referente del PRO se encontraba recorriendo los barrios afectados por la inundación. Hoy La Nación citó algunas declaraciones en las que “reclamaba” a la Presidenta la traba del financiamiento para las obras del Arroyo Vega, que atraviesa los barrios de Paternal, Agronomía y Colegiales. No era la primera vez: en octubre explicaba que: “hace cuatro años la ciudad espera la aprobación de la Nación para calificar en el Banco Mundial”, en relación a un crédito del organismo por mil millones de dólares a pagar en 40 años. Sin embargo, Mauricio no contó toda la historia.

Hace ya algunos meses, dos informes de la Auditoría porteña advertían sobre irregularidades en varias obras para mejorar la red pluvial en la ciudad. El documento indicaba que “casi todas las adjudicaciones presentan una serie de deficiencias que hacen presumir incrementos injustificados en los precios”. Para la obra del Arroyo Vega, los pliegos fueron aprobados antes de tener el proyecto de la obra que se iba a licitar. El inicio de la obra estaba previsto para el año 2003 y se contrató de forma directa a la empresa DICASA por 11 millones de pesos. El problema es que no parecen haber criterios objetivos para haber calculado esa cifra, y así como se estimó el valor inicial de la obra, también se aplicó un aumento -aparentemente injustificado-de más del 100% en los 10 meses siguientes.

Para la Cuenca Ochoa -Nueva Pompeya y Parque Patricios- el gobierno porteño pagó por adelantado 12 millones de pesos a Vialco S.A. para la construcción de canales aliviadores en la zona. Nuevamente, toda una batería de inoperancias en el proyecto impidieron su concreción, sin embargo, la empresa nunca devolvió el dinero.

El panorama general de los proyectos de este tipo no es muy alentador. Con excepción de la obra del arroyo Maldonado, la finalización del resto aparece en un horizonte bastante lejano. Como sucede con otros programas de la ciudad, el dinero destinado a controlar las inundaciones fue escasamente utilizado. Sin ahondar en cuestiones presupuestarias, es importante señalar también un alto grado de imprevisión y coordinación de los proyectos.

El Arroyo White en Núñez – donde ayer se vio a gente circulando en kayak por la calle y autos remolcados por grúas- es otro caso interesante. El organismo de control dictaminó que en el último año “se profundizaron los vacíos legales y los vicios de ejecución” en la obra. Así, el programa que podía haber contado con el financiamiento del BID, tuvo que prescindir del crédito y usar fondos propios, no por las trabas del Ejecutivo Nacional, sino por la propia ineficiencia en la gestión local. El mismo organismo había advertido sobre irregularidades en los criterios de licitación, lo que finalmente terminó en el revés presupuestario. ¿Se puede financiar una obra de esta envergadura sin el aval de un órgano internacional de crédito, aun reasignando partidas del presupuesto? Tomando las palabras del jefe de gobierno sobre el crédito del BID, el monto que se habría asignado representa el 15% de todo el presupuesto para el 2012.

Más allá de los cálculos económicos que harán los expertos en el tema, lo que no deja de asombrarme es la capacidad de derroche de nuestros políticos. Muchas veces acusamos a la corrupción como la base de todos nuestros problemas estructurales: “si no hay insumos en hospitales, si las escuelas languidecen, si empresas estratégicas como Aerolíneas dan pérdida debe ser porque se roban todo”. Yo agregaría una más: la causa de nuestra desgracia nacional es el escaso talento para administrar bien.

Comments

  1. Noemi says:

    Es una verguenza , estamos en manos de corruptos, el dinero lo destinan para su bolsillo,nada les importa Bs as es un asco, mugre, basura por todos lados, rotas las veredas no se puede caminar, las calles llenas de agujeros, gente durmiendo en cualquier parte, borracha ,drogada, hospitales ,colegios en mal estado , pero se invierte tanta fortuna en futbol PARA TODOS Y TODAS!!! para esa gente violenta , destruye. Ya no es deporte solo dinero para los dirigentes corruptos!! Los jubilados ya no pueden comer ni comprar sus remedios con 1800$. Y ahora nos aumentan los impuestos municipales!! Siento verguenza ajena por nuestro país !!! Buenos Aires es un desastre!!!!!