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¿Es el Grupo Clarín un factor de poder dentro del sistema político argentino?

Mitos y realidades sobre el verdadero peso político de los actores del escenario local.

 

Con la irrupción del 7D y la obsesión del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por identificar en dicha fecha un quiebre histórico, comencé a hacerme la siguiente pregunta: ¿es el Grupo Clarín un factor de poder determinante para la vida política argentina?

Primero Néstor, luego Cristina y por último todos los miembros del Gobierno repitieron hasta el cansancio que el Grupo Clarín es “destituyente”, “golpista” y el principal obstáculo para el éxito del “modelo” nacional y popular. Héctor Magnetto es caracterizado como una suerte de hombre súper poderoso, propietario de una capacidad infinita para manejar en forma decisiva el escenario político local. En definitiva, para el Frente para la Victoria, el Grupo Clarín es más fuerte que nadie.

Cuantificar el poder de un actor dentro del sistema político es ciertamente muy complejo. El poder no se mide en kilos, litros o metros. Quizás la única forma de calcular el poder de un elemento provenga de la propia definición de la palabra “poder”. Algunas de las definiciones que aporta la Real Academia Española al término en cuestión son: “tener más fuerza que alguien” y “tener expedita la facultad o potencia de hacer algo”. Basándonos en las definiciones citadas y analizando el éxito o el fracaso del multimedio en su teórica empresa “golpista”, podríamos dilucidar si el grupo es efectivamente un agente “poderoso” o “no poderoso” dentro del escenario local.

La guerra entre Clarín y el Gobierno se desató luego del denominado “conflicto con el campo”. Según el discurso oficial y paraoficial, Magnetto está intentado, desde aquella crisis, destituir a Cristina Kirchner. Siguiendo dicho orden de ideas podríamos sostener que el Multimedio fue totalmente ineficaz en su supuesta “empresa destituyente”. No solo no ha alcanzado (ni por asomo) su teórico objetivo, sino que al mismo tiempo Cristina Fernández de Kirchner consiguió en 2011 la más abultada victoria electoral desde el retorno de la Democracia. Entonces… ¿Dónde está el poder del Grupo Clarín? Si Magnetto es tan influyente, ¿Por qué Cristina fue la Presidenta más votada en las últimas tres décadas? Si Clarín es “destituyente” y “poderoso” ¿por qué no destituyó al gobierno desde el inicio de la “guerra” en 2009?

La respuesta a todas estas preguntas es solo una: Clarín no es tan poderoso y trascendental para la vida nacional como lo “pinta” el gobierno. En definitiva, todas las supuestas “intentonas golpistas” o bien no existieron y fueron un invento del Gobierno, o bien fueron tan débiles que ni cosquillas le hicieron a Cristina.

La novela de Magnetto, los monopolios, los grupos de medios concentrados y los actores “destituyentes” son parte de un gran “relato”. Relato que el Gobierno intenta construir con la más poderosa de las herramientas del escenario político argentino: el aparato estatal nacional.

Comments

  1. Pedro says:

    Dejo una nota más seria q esta tontería bien despreciada por los comentarios anteriores:
    http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/118-opinion/2639-por-que-no-tuvimos-7d

    No se pierdan los lectores eventuales de este pasquín de cuarta las notas de Marcha, un colectivo periodístico autogestionado sin fines de lucro, con una perspectiva de izquierda.

  2. alvaro says:

    Esperaba leer una nota de verdad, no un borrador de opinólogo que no dice nada. Si no se va a argumentar nada, ¿cuál es el sentido de la nota? Y adhiero, si buscan la definición de poder podrían haber tomado una más relevante que dos renglones de la RAE, soy de izquierda y jamás estuve con el gobierno, pero esto me parece un chamullo de EGB3.

  3. Gonzalo says:

    El gobierno estaba en una fase de ascenso cuando se topó con el tema «retenciones»… Y le sacó el jugo por un lado que era por lo menos poco previsible. Las retenciones son, en general, un recurso interesante, y en este caso digamos que también (pero claro, el tema es que son centralmente relacionadas con un tema espinoso que es el monocultivo de soja transgénica). Ninguna discusión fue habilitada para el proyecto oficial, por lo cual se logró instalar que cualquier objeción era una defensa de los privilegios de la SRA. El gobierno declinó la estrategia de dividir ese frente (por ejemplo negociando con la FAA y otros sectores y lo que logró fue abroquelar el frente… y cuando uno pensaba que era un error.. perdió la votación pero ganó mucho más con la inauguración (o el aliento) de la estrategia sumamente exitosa de denunciar al «otro malo». Ayudado por los horribles errores de la izquierda que se sumó al «campo», logró disfrazar su macartismo y condenar a unos por reaccionarios (y con razón, no cabe dudas que defendían privilegios irritantes) y a otros por oportunistas (y con razón, el MST y la CCC cayeron en ese disparate de abroquelarse con lo poco peor que quedaba a la derecha del gobierno). Pero de ese modo logró armar un enemigo de derecha «creíble», que no lo hubiera sido si se dedicaba a organizar un sector popular y democrático (no digo ni de izquierda ni revolucionario, obvio). A partir de allí, y dado que la SRA (con todo e izquierda) no terminaba de ser un enemigo suficientemente serio a largo plazo, y aprovechando que el negocio de meterse dentro de Clarín no le fue posible por resistencia de Clarín (tal vez pensando que 2008 era el comienzo del ocaso del gobierno) , alentó a este polo «opositor» con el eje en Clarín…. Y LE SALIÓ MARAVILLOSAMENTE! A pesar de lo patéticamente exagerado, sus seguidores comenzaron a creer el discurso, por la «resistencia» al «campo» que comenzó a ser exitosa y ÉPICA, más los antecedentes de Clarín, que lo eran previos al idilio que mantuvo con el grupo por años (idilio que le permitió al gobierno propaganda «gratuita» y a Clarín crecer como nunca: fusión -esto fue previo pero importante- de VCC con Multicanal y luego -ya con Kirchner- con Cablevisión; y por otro de Ciudad Internet con Fibertel; y el postre fue de Cablevisión con Fibertel, dos empresas que controlaba pero que fusionadas eran flor de negocio). Así, pasó a beneficiar otros grupos, en general más poderosos que Clarín, pero bajo la cobertura de estar «oponiéndose a lo peor» logró consensos increíbles. Vale la pena releer 1984

  4. Walter says:

    Ante todo no soy K para ahorrarles insultos. Me parece una mirada muy básica de poder. Que no cites a Michel Foucault, por lo menos, habla del nivel del artículo