Quejas en el servicio, aumento indiscriminado de tarifas, falta de regulación y escasas inversiones son algunas de las características de nuestra telefonía móvil.
Los reclamos por el deficiente servicio de telefonía celular son una constante. Llamadas que se cortan, demoras en establecer la comunicación, localidades en donde no existe señal disponible y un pobrísimo servicio de conexión 3G, son algunas de la quejas más frecuentes. Del otro lado, las tarifas en Argentina son una de las más caras en la región y están muy lejos de llegar a los precios ofrecidos en el “primer mundo”. Durante 2012 se estima que el costo del servicio aumentará un total del 32%, teniendo en cuenta la última suba de diciembre.
La asimetría es doble: la falta de inversión en infraestructura es el revés de una explosión en la cantidad de líneas que se ha dado en los últimos años. Actualmente existe un parque de 58 millones de líneas, o sea 1,5 por cada habitante.
#Celularescriollos
Maria Gabriel Bertazzo: “No puedo utilizar el 3G. En CABA, por ejemplo es imposible conectarse en Quintino Bocayuba y Mexico. Mi esposo es vendedor en zona sur, La Plata, Quilmes, Berazategui, etc y nunca puede conectarse en esa zona.
Estuve 5 dias en Pto Iguazu, Misiones, Argentina, y no podia creer lo bien que funcionaba el 3G en Cataratas, al lado de la Garganta del Diablo, y en la travesia por plena Selva Misionera. Me canse de reclamarle a PERSONAL y nunca me dan una solucion”.
Marcelo Alejandro Mambrin: “vivo en la localidad de Saladas Provincia de Corrientes. Nuestra República de Corrientes lamentablemente carece de infraestructura de en materia de telefonía celular 3G y en el GSM mismo.
Normalmente sufrimos de problemas tales como por dar algún ejemplo la señal se va sin motivo alguno y queda por varias horas solo SOS, ni hablemos que con los cortes de luz «los cuales Acá son muy seguidos» la intensidad de la señal desaparece.”
Tweets sobre «#celularescriollos»
Las consultas y quejas se multiplican. Plazademayo.com invitó a los lectores a compartir los problemas recurrentes que sufren con sus líneas. Sin distinción de empresa, los números hablan de una permanente insatisfacción con el servicio. Según la Secretaría de Defensa al Consumidor, en los últimos 10 años los reclamos por telefonía móvil encabezaron la lista de litigios que han llegado a Tribunales Arbitrales. Según el representante de Consumidores Libres, Héctor Polino: “Nuestro país bate dos récord, uno nacional, en cuanto a la cantidad de denuncias que se reciben por mal funcionamiento de servicios, por interrupciones dentro de la ciudad, por facturaciones incorrectas, por planes que se habilitan o deshabilitan sin autorización. El otro récord es mundial, por el precio que pagamos en relación a otros países”, expresó.
Frente a esto, las soluciones que ofrecen las compañías no se relacionan al mejoramiento del servicio. Ante la queja, malhumor y hartazgo de los clientes, se limitan a realizar “regalos” como mensajes libres y descuentos a los díscolos que llaman reiteradas veces a la línea de Atención al Cliente.
Los precios
Según un estudio realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) nuestro servicio de telefonía móvil es uno de los más caros de Latinoamérica. Los precios de Venezuela, Costa Rica, Uruguay, Chile, Colombia, México y Ecuador, están por debajo de los argentinos. Bolivia y Nicaragua encabezan el ránking regional de los servicios más costosos. Si bien existen casos como el de Brasil donde las tarifas son un 30% más caras, si pudiese mensurarse la relación costo- calidad (cuantas veces se corta la comunicación, cuanto se tarda en bajar los datos), probablemente el precio argentino sería mayor.
El organismo señaló también que, a contramano de la tendencia mundial a una estabilización de los precios entre 2010 y 2011, Argentina y Alemania son una excepción a la regla.
La arbitraria suba en las tarifas se corresponde con la falta de un marco legal que regule el mercado. A diferencia de la telefonía fija, ésta no está definida como servicio público y por lo tanto, las prestatarias no deben solicitar autorización, ni llamar a Audiencia Pública para aplicar los nuevos montos. La única obligación fijada consiste en anoticiar a los usuarios a través de algún diario de circulación nacional, explicando los motivos del ajuste.
Plazademayo.com comparó planes de similares precios, ofrecidos por las principales empresas del sector en distintos países. Movistar Argentina ofrece un paquete por $300 que incluye minutos ilimitados a teléfonos de la misma empresa, 400 minutos a otras, 400 sms, internet “ilimitado” pero cuya “velocidad de navegación dependerá de los recursos disponibles de la red” y hasta 3gb de consumo (luego con velocidad reducida) y otros extras. Por el mismo precio, la francesa Orange ofrece un paquete con llamadas ilimitadas a cualquier línea fija o móvil y sms ilimitados desde el celular, pero también incluye internet para el hogar de 20 megas por segundo, teléfono vía internet y otros extras. La propuesta de Movistar de España es de 500 minutos en llamadas, sms ilimitados e internet ilimitado con los primeros 500mb “a máxima velocidad”.
Las comparaciones anteriores consideran los precios similares al tipo de cambio oficial, sin embargo, no son equivalentes en proporción a los ingresos personales en cada país. Por ejemplo, con el salario mínimo en Argentina se podría hablar 1100 minutos por mes, utilizando tarjetas prepagas de Movistar para llamadas a celulares de otras empresas. En EEUU, con el salario mínimo son 3770 los minutos para hablar, usando el servicio prepago de T-Mobile.
Las promociones de las compañías dificultan la tarea de calcular el costo pormenorizado de los servicios ofrecidos. El valor del minuto, por ejemplo, varía según el plan: quienes están adheridos al pospago son los que menos pagan: a mayor catidad de minutos, más barata es la unidad. Aquellos que compran tarjetas prepagas son los más desfavorecidos. “Los sectores de bajos recursos son los que representan la mayor cantidad de abonados al segundo sistema, y por ende, quienes más pagan en relación”, explicó Héctor Polino. Un relevamiento realizado por la Comisión Nacional de Comunicaciones sostiene que el 90% de los abonados utilizan líneas prepagas y mixtas. Si bien el índice data de 2008, los últimos años registrados mostraron una tendencia a consolidar la opción prepaga entre los usuarios. Por su parte, la consultora Nielsen realizó el mismo estudio a nivel mundial: países emergentes como India, Rusia y China reflejan índices similares al de Argentina, mientras que en Estados Unidos y España, existe una clara preferencia hacia el contrato pospago.
Otra gran diferencia en la facturación con respecto a otros países es que en Argentina la tarifa todavía se fracciona por minuto y no por segundo. A principios de este año, el diario oficialista Página 12 informó que el Gobierno Nacional estaría enviando en los próximos días una resolución para efectivizar el cambio. A siete meses del anuncio, la Comisión Nacional de Comunicaciones no realizó ningún dictamen.
Además, las compañías se sirven de algunas triquiñuelas que no informan a sus clientes. Una de ellas se da con los mensajes de texto. Si el intercambio de mensajes se da entre dos abonados de la misma empresa, el costo del mismo. Sin embargo, cuando se responde un mensaje de un teléfono de otra empresa, el costo varía ya que en ese caso se aplica la tarifa de la otra prestataria. En ese caso, es conveniente generar un nuevo mensaje. La letra chica, como le dicen.
Los motivos del mal servicio
El crecimiento de la telefonía celular en los últimos años trajo consigo una saturación de la infraestructura. El problema tiene varias aristas. Por un lado, las frecuencias disponibles en el espectro radioeléctrico no alcanzan a cubrir las necesidades del creciente número de líneas en actividad. Según apuntó el periodista José Crettaz “El Estado no realiza una licitación o subasta de espectro desde 1999”. Si bien durante las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner hubo algunos amagues para convocar a una subasta y redistribuir las bandas que Telefónica dejó de usar en 2008; esto nunca se concretó. Para el ex secretario de Comunicaciones, Henoch Aguiar una de las soluciones sería aumentar la capacidad de conexión mediante el ancho de banda, pasando de 50 MHZ a 80 MHZ; sin embargo esto no fue posible ya que las frecuencias que estaban disponibles fueron adquiridas por la empresa estatal Arsat, cuyo destino aún es incierto.
Otra de la dificultades es la resistencia a la instalación de nuevas antenas en varios municipios. El rechazo de los vecinos se sustenta en los presuntos efectos de las emisiones electromagnéticas. “Cada antena tiene la capacidad de atender una cantidad máxima de usuarios por rango de frecuencias; cada antena capta unas 800 frecuencias. Mientras haya mayor cantidad de usuarios más antenas o nuevas torres hay que agregar. (…) Para este caso se necesitaría una inversión mucho más grande, que las empresas no han hecho en proporción a la cantidad de usuarios registrados”, concluye Aguiar.
El mercado se reparte entre pocos jugadores: Movistar, Personal y Claro controlan el 98% del sector. La escasa competencia no empuja a las compañías a realizar mejoras en el servicio, como tampoco a controlar la suba de tarifas. Lo que ya se instaló como un servicio básico, tiene las reglas de un mercado de lujo y quienes menos tienen son los que más deben pagar.