Una batalla por su agua y tierra: comunidades del sur de Perú se enfrentan a la corrupción y al desalojo. La empresa EGE Cusco intenta construir una represa que desviará el curso del río Salcca.
Foto: La radio exitosa
El 31 de marzo, empleados de la Empresa de Generación Hidroeléctrica del Cusco (EGE Cusco) comenzaron a realizar los trabajos de mensura en la comunidad de Pampa Ansa, para el proyecto Salcca Pucara. Como consecuencia del proyecto, Francisco Parhuayo y su familia, perderán su tierra. Su negativa a aceptar la presencia de los empleados de la empresa en el lugar, se tradujo en un enfrentamiento con la policía local y los golpes que sufrió su padre de 78 años. “Llegaron a las 5 de la mañana, escoltados por 60 policias”, relató Francisco. “Si es cierto que tienen el permiso de la gente, como ellos aseguran, entonces no hubieran necesitado las fuerzas policiales para protegerlos. Ahora ellos nos pegan y nos iniciarán una demanda por maltrato”.
La represión es solo un ejemplo de una lucha que lleva años contra EGE Cusco y Salcca Pucara. En 2008 y 2009, tuvieron lugar los dos primeros levantamientos. Mucha gente se movilizó, y la policía combatió con violencia a los manifestantes. Desde ese momento, el conflicto ha continuado.
El agua, una fuente de vida
Los campesinos de la provincia de Chanchis, ubicada en la región de Cusco, dependen del río Salcca. No solo es su principal fuente de agua limpia, sino también un necesario insumo para la agricultura y ganadería que desarrollan.
“El Salcca” también es una rica fuente energética. El plan de EGE Cusco consiste en la construcción de una represa y una planta hidroeléctrica. Para poder llevar a cabo el proyecto, la compañía deberá desviar completamente el curso del río hacia el río Vilcanota. Esto producirá el desborde del Vilcanota y la consecuente sequía del Salcca.
La sequía y el después
El impacto sobre las comunidades locales, mayoritariamente campesinos, será devastador. Aquellos que viven en el área de la reserva perderán su tierra. Aunque EGE Cusco prometió una compensación, la oferta no es sustentable. “El dinero que nos da la compañía no durará y después no tendremos nada” aseguró una campesina del lugar que prefirió no develar su nombre. “Nuestra tierra es nuestro único medio de supervivencia”, continuó. “No podemos de pronto mudarnos a un barrio en una ciudad donde no hay trabajo”. Muchos rechazan la oferta de la empresa por esta razón, lo cual no ha detenido a la empresa para llevar adelante su proyecto. Allí donde las comunidades campesinas no han aceptado los términos de la negociación, EGE Cusco llegó a acuerdos sobornando a miembros de la administración comunitaria. El estado peruano no tiene una política de protección a los campesinos. Parece que el gobierno cede la potestad sobre la tierra a la “comunidad”, dejando a los campesinos individuales al margen de las decisiones.
En este valle, el río Salcca quedará virtualmente seco. EGE Cusco garantiza un mínimo de 2.6m3
de agua por segundo durante todo el año. Una cifra que promete ser más alta de lo que el río puede proveer durante la temporada seca. Sin embargo, varios ingenieros independientes aseguran que esto es mentira. La empresa estatal EGEMSA ha estimado un afluente de 11m3 por segundo, correspondiente a los años anteriores a 2007. Las cifras surgen de un centro de medición ubicado en el valle de Salcca.
Los mismos ingenieros discreparon sobre la medición de impacto ambiental. Según ellos, 2,6m3 no es suficiente para preservar el río. Producto de la irrigación, evaporación y filtraciones, el Salcca se secará por completo, explicaron. Para las comunidades locales los resultados serán desastrosos: la pérdida de agua limpia, la amenaza de su stock ganadero y el fin de la pesca de trucha. Según Aurelia Ccanchi, presidente de la Comisión de Regantes del Valle de Salcca, EGE Cusco podrá cobrar beneficios cuando el proyecto concluya: “Después de que construyan la represa, el río estará bajo su control. Ellos no garantizaron la gratuidad de los 2.6m3 por segundo para las comunidades”, afirmó.
Los habitantes del Valle de Vilcanota enfrentarán inundaciones. Las obras de infraestructura para que esto no suceda son extremadamente costosas y hasta el momento no se ha determinado si EGE Cusco pagará por ellas. “Este proyecto es una opresión desvergonzada”, dijo Carlos Abarca, periodista oriundo de la capital provincial, Sicuani. “Las comunidades locales no son consultadas, ellos pierden su fuente de vida (el agua) y no participan de ningún beneficio”, explicó Carlos.
Una empresa turbia
EGE Cusco fue fundada en 2001 por la corporación alemana Fichtner, para luego ser adquirida por la española Engel-Axil en 2007. Ese mismo año, los lugareños descubrirían el proyecto Salcca Pucara. Al principio EGE Cusco promovió la iniciativa abiertamente entre los campesinos. El proyecto pasó a la clandestinidad una vez que descubrieran el rechazo de la gente. Actualmente, la empresa es prácticamente invisible y obtener información sobre este proyecto es difícil. Los cronistas no fueron bien recibidos en las oficinas de EGE Cusco y los representantes de la empresa se negaron a dar declaraciones.
EGE Cusco se presenta como una empresa peruana. Esto podría sugerir que las ganancias de la compañía deberían quedar en el país, sin embargo, solo un pequeño porcentaje de las ganancias será cedido a Perú. El resto volará a España.
Los datos que ofrece la empresa sobre los efectos que tendrá el proyecto insinúan sospechas. En 2007 EGE Cusco realizó un estudio de impacto ambiental. El informe no cuenta toda la historia. Por ejemplo, los campesinos del Valle Salcca no fueron mencionados entre la población afectada por el emprendimiento. En 2001, Fichtner, el fundador original de EGE Cusco, ya había llevado a cabo un estudio sobre el mismo proyecto que confirmaba la versión de los ingenieros: la gente sería desalojada, el valle del Vilcanota se inundaría y la pesca de trucha terminaría como consecuencia del desvío del río Salcca. Esta actitud sospechosa parece ajustarse a las estrategias aplicadas por la empresa.
Corrupción y abuso
Cuando EGE Cusco supo que no obtendría voluntariamente el permiso de los campesinos, comenzó a sobornar a gente importante. Intendentes, representantes de las comunidades, abogados y periodistas que recibieron dinero a cambio de comenzar una campaña a favor del proyecto.
Activistas y periodistas independientes están procesados. Muchos militantes se encuentran actualmente atravesando procesos judiciales. A pesar de que estas demandas no sirven para aleccionar a los disidentes, quitan tiempo y dinero. Esta es un arma poderosa para la empresa, ya que la mayoría de los activistas son campesinos sin muchos recursos. En los medios locales y nacionales se los acusa de terroristas y se enfrentan a campañas difamatorias. Uno de los autores de esta nota lo está experimentando en carne propia, siendo calumniado en la radio sobre su investigación del Salcca Pucara.
Otra importante estrategia para desactivar el conflicto es formularlo en términos de lucha cultural: la estúpida y tradicional cultura campesina versus una cultura de progreso y desarrollo palanqueada por la empresa. Así es la cobertura en los grandes medios de comunicación. Al consultar a los funcionarios favorables al emprendimiento de qué progreso se está hablando, ellos no saben qué decir. La respuesta de un campesino del Valle de Salcca es clara: “Esta no es una cuestión de tradición. Para nosotros esta es una lucha por la supervivencia. Si el río es desviado, no sé cómo voy a alimentar a mis hijos”.
EGE Cusco tiene otra táctica debajo de la manga: acoso y abuso. Ejemplos hay muchos. El del padre del Francisco Parhuayo es uno de ellos. El mes pasado falleció, presuntamente como resultado de las heridas que sufrió durante la represión.
Una conducta familiar
Desde 2009, gracias a las estrategias empleadas por EGE Cusco, la resistencia contra el proyecto de Salcca Pucara se ha debilitado progresivamente. Este es un patrón que se repite. En muchos proyectos privatizadores del agua en el Cono Sur las empresas ponen en juego estas herramientas para desangrar la resistencia hasta su muerte.
Otra característica familiar es la protección estatal de la que goza la empresa, gracias a la famosa reforma constitucional que Fujimori efectivizó en 1993, bajo la presión del Banco Mundial y el FMI.
Parte de la ciudadanía ahora cree en las mentiras de EGE Cusco, mientras otros no cuentan con la energía y recursos para continuar resistiendo. Sin embargo, la construcción de la represa continúa suspendida. Se prevé el comienzo de la obra en enero de 2013. Si no se retrocede en el proyecto, es probable que el conflicto emerja nuevamente. Como ya pasó en 2008 y 2009.