* Desde Tel Aviv, Israel. Muchas cosas han quedado en el tintero desde la Operación Pilar de la Nube que realizó Israel dentro de la Franja de Gaza. He aquí algunas reflexiones no tan al azar.
Israel tiene enfrente a Hamas, que en la práctica junto con sus organizaciones satélite –con la Jihad Islámica palestina a la cabeza- actúa como un grupo terrorista que recibe tecnología y adiestramiento de Irán, disparando a diestra y siniestra contra la población civil de Israel, desde su enclave en la Franja de Gaza.
Este apoyo con armamentos que llega desde Teherán ya fue dicho y confirmado abiertamente en días pasados por ambas partes; por Hamás agradeciendo, y por los iraníes diciendo “de nada, ahora les seguiremos mandando más misiles”.
Además, esta contraparte interna de Hamás, la Jihad Islámica, también es una sucursal iraní en Gaza pero por vía directa. Y a los palestinos con los que Israel puede hablar y que estarían a favor de la paz o del diálogo, las huestes de Abu Mazen, les han dejado de costado.
Que ahora Abu Mazen y los suyos vayan a las Naciones Unidas a tomar actitudes unilaterales sin Hamás frente a los israelíes tampoco podría ayudarles en el camino del diálogo con Israel, si miramos el bosque y no nos detenemos en el árbol de las frustraciones palestinas.
Ahora daría la impresión que ambos bandos palestinos van por senderos diferentes, que en vez de estar hablando de un Estado Palestino como se solía hacer, ya hablarían ahora de dos; el de la OLP/Fataj con Abu Mazen en la Margen Occidental, y el islamista de “Hamastán” en Gaza.
Desde Gaza han apretado el acelerador de los ataques contra objetivos civiles israelíes, a pesar de las advertencias del propio Morsi, ya que Egipto no estaba interesado en este momento en una escalada militar con todos los problemas internos que tiene para resolver.
Sin embargo, Irán quería lo contrario que Egipto. Los disparos repentinos de cohetes contra las ciudades israelíes que se hacían cada día más intensos en las últimas semanas, tanto de Hamas como de los demás grupos ultras que pululan por Gaza y que llevaron a la respuesta de Israel desde los días 14 al 22 de este mes de noviembre, pudieron pretender distraer la atención –por parte de Teherán- sobre dos cuestiones centrales, a saber:
1) Para poder seguir armando sus bombas nucleares sin que les siguieran molestando con controles y sanciones. Y que el mundo dejara de hablar de ellos, entretenidos con el enfrentamiento entre Hamás e Israel.
2) Para que no se vea tan claro el genocidio que está cometiendo su aliado Bashar el Asad en Siria, contra su propia población.
Lo que torna a este cuadro más complicado es la filiación de Hamas con el sector hoy en el gobierno de Egipto, ya que se venían debatiendo entre su fidelidad al Gran Hermano y su agradecimiento a Irán, por los servicios de armas prestados.
Debido a que Hamás es una filial de los Hermanos Musulmanes egipcios, supusieron en la Ciudad de Gaza –equivocadamente- que con toda la marea islamista de la primavera árabe ahora iban a poder forzar a El Cairo a enfrentarse también militarmente contra Israel; pero no les pudieron finalmente arrastrar hacia ello.
Ni Jaled Mashal, ni Ismael Hanía ni el finado Ajmed Shaabari tuvieron en cuenta que el propio Morsi, el gran Hermano Musulman en el poder y que se está moviendo con inteligencia (haciendo sus propias movidas, pero también garantizándose recibir la ayuda de los Estados Unidos, que Egipto necesita como el agua) les había pedido encarecidamente que dejaran de arrojar cohetes contra la población civil israelí, porque harían inevitable que Israel les respondiese.
Israel se estuvo conteniendo durante semanas para no responderles, hasta que fue inevitable contestarles a los disparos con cohetes y misiles contra su población civil.
Pero los tiempos de Irán y de Hamás también coincidieron con los tiempos electorales de Israel. A dos meses de las elecciones (tal como había sucedido con la Operación plomo fundido desde el 27 de diciembre del 2008 hasta el 18 enero del 2009) la respuesta militar a Hamás le venía a Netaniahu como anillo al dedo.
Toda la derecha israelí en el poder está segura que se ha visto reforzada por la Operación Pilar de la Nube de días pasados. Que si antes irían a ganar las elecciones caminando, ahora lo harían hasta gateando. Aunque ello está aún por verse.
Porque la realidad suele dar también sorpresas, y muchas veces va por andariveles no tan obvios y visibles. Nadie sabe cuál será el próximo disparo que salga del berenjenal de la Franja de Gaza. Ni su grado de intensidad.
Por el momento, y mucho más pronto de lo que muchos suponían, ya hubo un palestino de Gaza que cruzo la cerca fronteriza, y tras hacer 8 km a pie intentó acuchillar en el moshav Sde Abraham a Iael Reem Metzafon, una mujer (madre de cuatro hijos) que vive allí. Dicho sea de paso, esta población de Sde Abraham fue fundada en el año 1981 por inmigrantes llegados de Argentina. Hoy todavía la mitad de la población de Sde Abraham es de origen argentino.
Tras el cese del fuego con Hamás de la semana pasada, la orden en Israel es no abrir fuego contra los palestinos que se acercan a la cerca fronteriza, lo que no dejan de hacer en estos seis días que pasaron desde que dejaron de disparar masivamente el pasado 22 de noviembre. Otro punto de preocupación para los israelíes mirando al futuro cercano hacia la Franja de Gaza.
Y también si observamos lo que está pasando en Egipto esta semana, con todas las fuerzas de la oposición yendo en contra de Morsi y los Hermanos Musulmanes, quedan boyando demasiados interrogantes con respecto al futuro político de todos los grupos que pujan por el poder en el país de las pirámides.
Morsi aparece en los noticieros como una especie de nuevo Mubarak. Vemos a la plaza Tajrir llenándose nuevamente de gente para protestar contra su gobierno. Vemos muchas plazas a lo largo de Egipto con la misma escena. Le gritan “Andate Morsi, deja tu silla”, como le gritaban a Mubarak en el comienzo de la revolución que terminó destituyéndole.
Grandes sectores de Egipto protestan ahora contra Morsi y los Hermanos Musulmanes que aparecen como queriendo controlar hegemónicamente el poder del país. Esto se profundizó hace pocos días atrás cuando Morsi sacó el decreto de que todas sus decisiones están por encima de la justicia, y que el Poder Judicial no puede apelar a sus decisiones.
Morsi ahora parece retractarse de esta decisión. Y un ejemplo de ello podría ser su decisión del martes pasado de suspender la “marcha del millón” de los Hermanos Musulmanes para no generar más muertes en las calles del país. Y todavía tenemos que ver cómo será el desenlace en toda esta relación cortante entre Morsi y sus Hermanos Musulmanes, frente a todo el resto de las fuerzas de oposición a ellos. Que aún está por verse en los próximos días.
eso. eso, es lo mismo un grupo terrorista que toda la población civil. Es lo mismo echar de las casas a sus legítimos dueños que usar escudos humanos.
Caíste plaza de mayo. Caíste mal. No te leo más.
che, falta que reclamen el Nobel para Israel y cartón lleno.