En el anuncio del plan «PRO.CRE.AR.», la exposición del viceministro de Economía incurrió en llamativas contradicciones con los datos oficiales.
El anuncio del plan de créditos hipotecarios «PRO.CRE.AR.» ha generado muchas expectativas. La enorme cantidad de consultas pone de manifiesto la necesidad irresuelta del acceso a la viviendas, tras nueve años de gobierno kirchnerista. La versión de la presidenta Cristina Kirchner es que surge esa «necesidad del propio modelo», además de la «falta de política hipotecaria, por parte de la banca privada». Las expectativas sin embargo se mezclan con los resultados de las anteriores promesas de créditos hipotecarios, infimos respecto a los anuncios. Al mismo tiempo, el promedio anual de viviendas construidas por el Estado ha sido similar al de los 90s, pese a cifras grandilocuentes conseguidas al sumar «soluciones habitacionales», que en muchos casos son números dibujados, por ejemplo, un equipo de Rayos X que figura equivalente a 3390 «viviendas».
Las diapositivas del Dr. Kicillof
En su discurso de presentación del plan, el viceministro presentó una serie de diapositivas (difundidas por la agencia Paco Urondo) con numerosos datos, que darían sustento al nuevo plan, mostrando un análisis preciso de la realidad actual y pasada, además de los objetivos esperados a partir de ahora. De esa manera se mostraba como un plan muy técnico, a diferencia de un simple discurso.
Sin embargo, la información estuvo lejos de ser precisa. Los propios datos oficiales lo demuestran. Los errores en cuestión fueron bastante burdos. El primer ejemplo lo vemos con la siguiente diapositiva, la evolución del crédito hipotecario como porcentaje del producto interno bruto (PIB), el valor generalmente utilizado para medir la economía de un país.
El gráfico, acompañado por las palabras de Kicillof y emitido en varios canales de televisión en vivo, nos daría a entender que salvo en 2002 y 2003, durante los últimos 20 años el crédito permaneció en alrededor del 1,5% del PBI. La situación del crédito hipotecario no sería la peor en décadas, sería a lo sumo tan mala como en los 90s. En el medio, en 2002-03, la fuerte suba de aquel porcentaje se entendería no como una mejora del acceso al crédito sino por un cambio en la valuación monetaria de los préstamos otorgados, dada la devaluación.
Los datos del Banco Central muestran en verdad algo muy distinto.
Mientras que los números del BCRA tienden a coincidir en los últimos años, es muy distinta la realidad en los primeros. El stock de créditos se ubica por encima del 4% del PIB y roza el 6% en 2001, para caer luego con la devaluación, al contrario del gráfico de Kicillof que mostraba el máximo de los créditos luego de esa fecha. ¿Cómo es posible que el BCRA indique un 6% para el mismo año en que Kicillof presenta una cifra menor al 1,5%? ¿Cómo se explican esas diferencias tan grandes entre la información oficial del Banco Central y lo que expuesto por TV por el viceministro de Economía?
La información de la Gerencia de Estadísticas Monetarias del BCRA presenta sus estadísticas públicamente en internet. Allí podemos observar los montos por los diversos tipos de préstamos, prendarios, personales, hipotecarios, etc., pero con la particularidad de presentar los datos en diferentes columnas, separando aquellos realizados en moneda nacional, de los convenidos en moneda extranjera.
Si tomamos solamente la columna con los créditos hipotecarios en pesos, el gráfico resultante no es igual pero sí bastante similar al expuesto por Kicillof. En vivo por varios canales de TV, el viceministro de Economía «simplemente se olvidó» de sumar una columna de datos. Desconoció los créditos en dólares, que eran mayoría en los 90s, resultando un gráfico con información muy alejada de la realidad. Aunque, claro, favorable para el relato.
Además, el Banco Central divide los créditos hipotecarios en dos categorías, «para la vivienda» y «otros destinos». Si sólo consideramos los primeros, los porcentajes son menores pero las tendencias son similares; la diferencia, en todo caso, es una caída más pronunciada en los últimos años, alcanzando los créditos para vivienda en el último año a menos del 0,77% del PBI.
Kicillof indicó que «el porcentaje del credito hipotecario en relación al PBI sigue siendo muy bajo» cuando en verdad no «sigue siendo». Sino que decayó en la última década. Al mismo tiempo sostuvo que»hemos dado una cantidad enorme de creditos hipotecarios», señalando que del total de creditos, fueron otorgados «el 67% por la banca publica» y por lo tanto el problema habría sido que la banca privada no contribuyó como hubiera debido, pese a las «formidables rentabilidades y ganancias que han tenido», como indicó minutos después la presidenta. Lo cierto es que en estos años hubo más promesas que realidades, incluyendo propuestas convenidas por el gobierno con la banca privada en tiempos preelectorales que quedaron en la nada. Además, el 67% de muy poco sigue siendo el 67% de muy poco.
¿La evolución del ingreso familiar fue superior al costo de la vivienda?
Kicillof señaló que «los ingresos de las familias han crecido más rapidamente, más rapidamente (sic), que el metro cuadrado (…) sin embargo sigue habiendo problemas de acceso a la vivienda, por el problema del acceso al crédito», reiterando nuevamente que la culpa sería de la banca privada pese al obrar del gobierno.
¿Qué dicen las estadísticas? El INDEC difunde que el costo de una «vivienda unifamiliar» (ejemplo de una casa de una planta entre medianeras) tenía en diciembre de 2001 un costo de $ 386,4 por metro cuadrado, cifra que para diciembre de 2011 trepó a $ 2252,68 por m2. El avance fue del 483%. En el mismo periodo, el Ingreso Total Familiar muestra un aumento en pesos del 529,6%. Sigue siendo superior, pero muy lejos del pretendido 82%, no llega al 10%.
Pero el costo es en verdad superior. El INDEC aclara que «en el cálculo del costo no se incluye el valor de compra del terreno, los derechos de construcción, los honorarios profesionales, los gastos de administración, el IVA ni los gastos financieros. Tampoco se considera el beneficio de la empresa constructora». Por estos días, un paper de FLACSO difundido por el diario BAE señaló que «La rentabilidad de las empresas es 50% más que en la convertibilidad».
Kicillof toma la información del IERIC, Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción, que en su web difunde el «Índice del Costo de la Construcción» medido por el INDEC, pero también otro realizado por la Cámara Argentina de la Construcción, cuyos valores casi duplican a los oficiales.
Otra fuente, la Unidad de Sistemas de Inteligencia Territorial del gobierno de la la Ciudad de Buenos Aires, indica que el precio promedio de un departamento en la CABA, por metro cuadrado, era en 2001 de $ 891 y en 2011 de $ 9.265. Un aumento del 940%.
¿Creció 60% el gasto en vivienda?
Nuevamente, los datos presentados por Kicillof no se condicen con los propios datos oficiales. Kicillof es promovido por Cristina Kirchner como la cara visible del Ministerio de Economía, aunque el ministro es Lorenzino, estando en verdad Kicillof a cargo de la «Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo». Su propia Secretaría es la que publica las «series del Gasto Público Consolidado» que contradicen su exposición por TV. Se trata del gasto público que incluye a todos los niveles de gobierno, nacional, provinciales y municipales. El último informe es de marzo de 2011, con información provisoria hasta 2009.
Los datos oficiales muestran que el promedio 1991-2002 fue de 0,44% y el de 2003-2009 fue de 0,56%. No es «un incremento del gasto de vivienda del 60%» como afirmó Kicillof, sino que sería del 27%. Pero lo cierto es que los últimos años, 2010 y 2011, la inversión fue menor. El presupuesto se estancó, lo que sumado a la alta inflación existente, significa una importante baja.
Además, Kicillof incluye los años 2001 y 2002 con una fuerte baja del gasto, pero si tomamos los años 1989-1999 el promedio es de 0,5% del PBI. El incremento de un supuesto 60% se reduce a apenas un 12% más respecto a la década menemista, con un Estado con recursos muy superiores.
Mientras anunciaba con emoción evidente el nuevo plan PRO.CRE.AR., la información de ejecución presupuestaria del primer cuatrimestre de 2012 muestra que sólo se destinó el 12% del presupuesto anual para Vivienda y urbanismo, mientras el porcentaje de ejecución en todos rubros llega al 27%. La fuerte subejecución de las partidas de vivienda va de la mano de un presupuesto similar al del año pasado, alrededor de $5 mil millones. Mientras el gasto crece en total al 29% anual, un poco por arriba de la inflación, el gasto en vivienda bajó 42% (informe ASAP en base al SIDIF-Ministerio de Economía).
Entonces, ¿cuántas viviendas construyeron?
Las diapositivas anteriores las tomamos de la agencia Paco Urondo, con excepción de la siguiente, que la tomamos directo de la TV.
En ese gráfico se distinguen las viviendas terminadas de las llamadas «soluciones habitacionales» (con numeros muy dibujados) y las obras en ejecución o ni siquiera iniciadas todavía. Las viviendas terminadas suman 354.815 entre 2003 y marzo de 2012, un promedio anual menor al de los 90s. Esto se contradice con lo que Cristina afirmó el año pasado, que hicieron 100.000 viviendas por año desde 2003. En su exposición, Kicillof tuvo que referirse a esa cifra varias veces, algunas aclarando la diferencia entre viviendas y «soluciones», pero otras olvidando aquello: «el programa PROCREAR Bicentenario viene a adicionar a las 100 mil viviendas que ya con el Ministerio de Planificación estabamos construyendo, récord en la historia argentina». Por último, el 20 de junio el ministro de Planificación, Julio de Vido, afirmó en el programa de TV 678, que desde el 2003 hicieron «casi 1 millón de viviendas».
Dime que dices y te diré que harás
Si en el anuncio mismo de este nuevo plan se dieron datos falsos, tanto respecto a los créditos hipotecarios en general, como a la construcción de viviendas, no es descabellado desconfiar de los alcances de este nuevo plan. De los 400.000 créditos bajaron inmediatamente a cien mil, en una primera etapa. Viviendas que supuestamente deberían terminarse en un año, sin considerar como influirán, en los bajos montos de los créditos, los crecientes costos por la inflación.
Recordemos también que Kicillof era gerente financiero de Aerolíneas Argentinas cuando en 2009 presentaron un plan de negocios, votado además en una comisión del Congreso, el cual indicaba “que Aerolíneas y Austral dejarán de ser empresas deficitarias en 2011”. En el primer cuatrimestre de 2012 el Estado le transfirió 422 millones de dólares.
El kirchnerismo tiene la particularidad de mentir todo, suponen están en santacruz donde podían hacer y decir lo que querían, que nadie los iba a desmentir. son farsantes, les queda poco tiempo, ya pasaron 7 meses de los 48 de su mandato y antes de tiempo están disputando con scioli. Y recordemos que al motonauta nos lo dejan de perno ellos. Estamos presos del peronismo.
Crece la inflación, crece la corrupción, crece la mentira oficial…. Argentina es un país en crecimiento …