Cinco muertos en las cárceles bonaerenses desde la visita de Gabriel Mariotto al penal de San Martín. Las claves de un enfrentamiento que sigue cobrándose víctimas.
Tan solo dos horas duró la paz. Pasaron 120 minutos desde la visita del vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto al penal de San Martín, hasta que murió allí Juan Romano Verón por una pelea “liberada” entre reclusos. Recibió un facazo en el pecho y quedó en medio del patio. Su cuerpo quedó tendido como la piel de un animal desollado que es puesto a secar al sol. El Sistema Penitenciario Provincial (SPB) y un testigo acusaron del asesinato a un interno que fue trasladado dos días después –el 31 de marzo- a la Unidad 45 de Melchor Romero. José Burela Sombra, acusado de matar a Verón, duró solo 45 minutos allí: lo asesinaron otros presos con quienes habría tenido diferencias previas. El SPB sabía de esas diferencias, pero lo llevaron allí de todas formas. Eran las 19.30 del sábado.
A esa misma hora, pero en La Plata –en la Unidad 1 de Olmos- era acuchillado Rodolfo Daniel Martínez. Pocos días después, murieron José Luis Silva Acuña, en la Unidad 9, y Nicolás Gómez Verdum, en la Unidad 54. Todos ellos en manos de otros internos, en situaciones sospechadas de ser fogueadas por el SPB, que miró atenta y pasivamente cada desmán. Todos ellos a solo cuatro meses de la muerte de Patricio Barros Cisneros a manos de oficiales del SPB en la Unidad 46 de San Martín y luego de la visita de Mariotto. Cinco muertos producto de una lucha tribal entre clanes: el SPB hace la vista gorda, los clanes se trenzan, un cuerpo queda tendido. Quieto. Muerto como un animal desollado y puesto a secar al sol.
Afuera, como en los penales, también hay clanes: mariottistas vs sciolistas. La ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, y el periodista Horacio Verbitsky juegan para Mariotto. El ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, para el Gobernador, Daniel Scioli. Seguridad democrática vs mano dura. En suma: kirchneristas en una disputa territorial.
Y cómo luchan. Las disputas entran a los penales, se hacen carne en el SPB y caen sobre los presos. Muertos, maltratados o desplazados.
Además de los internos asesinados, fueron trasladados casi una veintena de reclusos que suelen denunciar activamente el accionar del SPB. Algunos de ellos, estudiantes del Centro Universitario de la Universidad Nacional de San Martín (CUNSAM) que funciona en el penal. La organización Familiares de Detenidos y Liberados del Patronato (FADELI) denunció que Marcelo Amejeira fue golpeado y trasladado a la Unidad 29 y le perdieron el rastro. Han solicitado información en reiteradas ocasiones, pero no han sabido nada de él. Como si se lo hubiera tragado la tierra.
También fueron trasladados a la Unidad 12 de Gorina (La Plata) Fernando Escobar Arroyo, Gonzalo Villalba y Hugo Cabrera González. Todos ellos involucrados en una puesta en escena durante la visita de Mariotto al penal. Todos golpeados y tras haber denunciado la violencia del SPB.
El informe que presentaron el CELS y el Comité Contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria, advierte que la “represalia indiscriminada tiene por función extender el terror a toda la población penitenciaria” y que “la instigación al conflicto violento entre los propios detenidos es una forma de gobernabilidad de los lugares de detención”. Además, recuerda que las autoridades civiles no han hecho nada por modificarlo. No lo han hecho Casal y Scioli, pero tampoco Mariotto, pese a su promesa.
En suma, han pasado casi cuatro meses del asesinato de Patricio Barros Cisneros a manos de al menos siete oficiales del SPB en la Unidad 46 de San Martín y dos meses desde la visita de Mariotto, pero poco ha cambiado. Patricio murió golpeado por guardia cárceles frente a los ojos de su novia, que denunció lo ocurrido y logró que finalmente cayera el intento del SPB de hacerlo pasar como un suicidio. Hay tres guardias detenidos (Ken, Silva y Gallego) y cuatro continúan prófugos (Héctor Mario, César Benítez, Gerardo Luna y Rodrigo Chaparro). Los organismos de DDHH denuncian que esa situación es apañada por el poder político. Mientras tanto, lo que parecía un caso aislado se confirma como la regla. Por acción –como en ese caso- o por omisión –como en los otros que le siguieron-.
-A los presos nos discriminan porque nos hacen causas al toque, pero a los guardias les perdonan todo y los premian.
Desde la Unidad 12 de Gorina, en La Plata, los internos que fueron trasladados tras la visita de Mariotto denuncian las vejaciones y los maltratos constantes de guardias y la discriminación selectiva del sistema judicial. La visita y puesta en escena había concluido con la entrega de facas y denuncia de intento de asesinato a Hugo “Ñaca” Cabrera, uno de los trasladados a Gorina. Los que dieron la faca a Mariotto decían que el SPB los mandaba a matar a Cabrera por denunciar los maltratos.
Las denuncias acerca de los desmanes en las prisiones se suceden. El Comité Contra la Tortura y la Comisión Por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires han presentado relevamientos e informes terminantes acerca de la pésima condición de vida de los internos, además de los castigos sufridos y del sistema de reyertas organizadas y de “buchones”. Otro organismo difusor de esta situación suele ser el CELS, comandado por el propio Verbitsky, quien ha publicado sobre esto en tres ocasiones en sus columnas en Página 12 y ha visitado el penal junto a Mariotto. En ellas destacó el rol activo de Garré y el vicegobernador, que prometió que no trasladarían ni reprenderían a nadie. Pero el tiro le salió por la culata. El SPB en manos de Casal respondió.
Pocas horas después de la visita, murió Juan Romano Verón en una supuesta reyerta entre internos. Verbitsky lo describió, pero dijo que había sido días antes y nunca más habló de los internos –sus traslados y las muertes- posteriores a la visita oficial.
-Cuando vino Mariotto prometió que iba a solucionar todo, que no habría traslados ni represalias para los que siempre denunciamos al SPB; pero a nosotros nos pegaron, nos tiraron gases, patadas y nos llevaron precintados hasta la alcaldía primero y luego acá.
Villalba y Escobar denuncian la situación a Plazademayo.com desde Gorina. El vicegobernador llegó el jueves 29 de marzo acompañado de una prominente comitiva que incluía a representantes de organismos de Derechos Humanos y también al Rector de la UNSAM, Carlos Ruta, y el secretario de Ejecución Penal de la Defensoría General de San Martín, Juan Manuel Casolati –que había sido quien denunciara el asesinato de Patricio Barros Cisneros.
Durante la visita, Mariotto recibió las facas. Los instigadores del asesinato a Cabrera fueron señalados: eran los subdirectores de la Unidad 47, Roberto Arancibia y José Feliciano Burgos. El vicegobernador prometió que garantizaría la seguridad de los presos y mejoraría las condiciones de vida. Y que los guardias serían castigados y sumariados. Nada de eso pasó.
-Mariotto se fue y se empezaron a tirar con todo en esa interna que tienen. Al otro día empezaron los traslados y las causas para nosotros. Y en cambio Burgos y Arancibia fueron premiados con traslados a unidades de Los Hornos e Ituzaingó –respectivamente. En vez de castigarlos los mandaron a laburar cerca de sus casas.
El señalamiento de Escobar es elocuente.
Desde su reclusión, Cabrera y Escobar aseguran que sabían de antemano sobre la visita de Mariotto por una llamada de Casolati. Que fue él quien les dijo que llamaran a su celular durante la visita para denunciar al SPB. Muchos van incluso más lejos y desconfían de la entrega de facas. Ellos no lo dicen. Hay quienes sospechan que lo de las facas y la visita del vicegobernador, son hechos “sugestivamente” coincidentes.
La disputa es evidente. Y, por acción u omisión, se ha cobrado cinco víctimas como respuesta del SPB. Nadie se hace eco. Y los cadáveres yacen en el patio, como puestos a secar al sol.