Por Alejandro Haimovich * (@alejandrohache)
La toma del rectorado en la Universidad Autónoma de Entre Ríos lleva más de un mes. Docentes y estudiantes reclaman la normalización.
La UADER lleva 12 años sin ser normalizada. El 26 de abril los claustros de esta universidad deberían haber elegido democráticamente a su rector, sin embargo, diversas trabas legales lo han impedido. Estos motivos son los que han movilizado la lucha de los que conformamos la Asamblea de Interclaustros: estudiantes de diferentes universidades, junto a docentes, administrativos, graduados y la comunidad entrerriana se han sumado a la lucha, todos bajo la misma bandera.
Luego de finalizar una masiva marcha desde la Escuela Normal de la ciudad de Paraná hasta la Casa de Gobierno que convocó 1700 personas, se realizó una asamblea en Casa de Gobierno donde se decidió, a mano alzada, movilizarnos hasta el Rectorado de la UADER y proseguir con la asamblea ahí.
En la asamblea en Rectorado se decidió de forma democrática, a mano alzada y por unanimidad, la toma de la mencionada sede por parte de la asamblea, con el fin de hacer escuchar nuestras demandas.
Una vez dentro de Rectorado, la asamblea ha sufrido hostigamientos por parte de patotas que figuran como empleados administrativos del establecimiento y, como si no bastará toda esta opresión, la policía ingresó al Rectorado de la UADER, recordando las peores épocas cuando los gobiernos de facto intervenían las universidades, y violando la Ley de Educación Superior que expresa claramente que la fuerza pública no puede ingresar a ninguna institución universitaria sin una orden judicial.
Un poco de historia
La Universidad Autónoma de Entre Ríos fue creada hace 12 años sobre la base de institutos terciarios de la provincia, es hoy la única universidad provincial del país con reconocimiento nacional. Cuenta con diversas carreras y sedes. Su matrícula total es de aproximadamente 20.000 alumnos y trabajan en ella casi 2.000 docentes.
En el año 2007 hubo un conflicto por la metodología de los concursos ordinarios. Sectores oficialistas del gobierno de Jorge Busti y sectores sindicales afines pretendían que los docentes transferidos de los terciarios se convirtieran en ordinarios sin concurso. Se conformó entonces una Asamblea de estudiantes, docentes, graduados y administrativos que pelearon por los concursos ordinarios en base a los principios de la reforma del 18. Esa lucha incluyó 50 días de toma del rectorado de la universidad e incluso llego a ser receptada en medios nacionales.
La lucha se ganó y se estableció un régimen de llamados a concursos ordinarios a los efectos de normalizar la universidad. El proceso se fue sustanciando con algunas dificultades pero se fue obteniendo el aval del Ministerio de Educación de la Nación y de la secretaría de Políticas Universitaria y CONEAU que dictaminaron que la universidad se encontraba en condiciones de normalizar con un porcentaje aproximado de 30% de docentes concursados.
Durante el año 2011 se programó un calendario electoral para la normalización que se aprobó unánimemente por el Consejo Superior. Se sustanciaron las elecciones estudiantiles, de graduados y de administrativos.
A fines del 2001 el gobernador Sergio Urribarri pidió la renuncia de la entonces rectora y nombró a uno de los decanos como rector. Asmismo, se designó como Vicerector a un personaje de la Universidad Católica con fuerte impronta autoritaria que es, de hecho, quien se hizo cargo de la Universidad.
En la ejecución del proceso eleccionario docente se aprobó el padrón y se presentaron las listas correspondientes. Un grupo de unos 10 docentes solicitaron al Consejo Superior una prórroga del calendario con el fundamento que se encontraban inscriptos en concursos ordinarios que se estaban sutanciando y se vulneraba su derecho de expectativa a ser elegido. En la UADER todos los docentes interinos son electores y solo los ordinarios pueden ser elegidos (como en la mayoría de las universidades nacionales).
El Consejo Superior rechazó la prórroga dado que aceptarla implicaba avasallar derechos adquiridos de la mayoría de docentes y de todos los estudiantes graduados y administrativos que ya habían sido electos. Sin embargo el rector dictó una resolución que, si bien rechazaba la prórroga pedida, en sus fundamentos, decía lo contrario. Esto es, que la Universidad no tenía suficientes docentes concursados.
Como cualquier persona mínimamente conocedora de derecho sabe, expedir una resolución que en su parte fundamentativa contradice su parte resolutiva implica que la misma puede ser nulificada, lo cual deja la posibilidad de judicializar el conflicto.
Es así que siete docentes presentaron un amparo a la Justicia. Estos docentes, que luego terminaron siendo cinco, puesto que dos ya habían concursado, presentaron como argumento que ellos todavía no habían concursado y que la Ley de Educación Superior (LES) establecía como requisito que toda universidad tenga un 70% de las cátedras concursadas para poder realizar la normalización.
El argumento presentado resulta totalmente inválido porque la LES, en su artículo número 51, no plantea que el 70% de las cátedras sean concursadas como menester para la normalización de una universidad, sino que se lo plantea como un ideal. Mucho más válido es hacer hincapié en el artículo número 49 que señala que la Universidad deberá quedar normalizada en un plazo no mayor a cuatro (4) años a partir de su creación.
Varias son las Universidades Nacionales que han finalizado su proceso de normalización con un porcentaje entre el 20% y el 30%, entre ellas podemos mencionar a la Universidad Nacional de Chilecito, la Universidad de Chaco Austral, la Universidad de Río Negro, la Universidad Pedagógica de la Provincia de Buenos Aires, entre otras.
Los aprietes y el después
No obstante todos las presiones y coacciones, la toma continúa hasta el presente. Hace 15 días el Tribunal Superior de Justicia de la provincia confirmó la resolución de primera instancia, constituyéndose en el primer fallo del país que impide la normalización de una Universidad.
Ante esto, la comunidad universitaria, consciente de la heteronomía del poder judicial, produjo una nueva movilización masiva de más de 3000 personas, la movilización más importante de los últimos años en Entre Ríos.
Al presente continuamos con la lucha contra el Gobierno de Urribarri que interviene la universidad a través de un personero de la UCA, acusando a la comunidad universitaria de ser manejada por personajes opositores que no define, no convocando al diálogo y continuando con una política de amenazas, coacción a los empleados administrativos, con cesantías, traslados y bajas de horas, con nombramientos indiscriminados de personas afines -entre ellas la designación sin concurso de una de las docentes amparistas en horas cátedra-. La lucha continúa con la toma, dos movilizaciones multitudinarias, clases públicas, e intervenciones artístico/políticas.
La asamblea interclaustros ha presentado una propuesta que implica la ciudadanía para todos los docentes y que permitiría normalizar sin dilaciones. El gobierno hace oídos sordos. Seguimos en la lucha intentando que la misma alcance visibilidad nacional puesto que la mayoria de los medios de difusión masiva son de propiedad del gobierno o cooptados a través de pauta oficial.
*Abogado, docente e investigador UNER-UADER
Haimovich deje de mentir, en UADER lo conocemos todos, usted es un dirigente de Proyecto Sur.
Los hostigados son los administrativos, es al revés la cosa, pregunten a los trabajadores de rectorado por favor, inventar una analogía con un gobierno de facto no va a realzar sus argumentos…Los «pacíficos» chicos de la toma destrozaron una puerta y por ello se hizo presente la policía, por favor nuevamente deje de acudir al temor popular a las fuerzas de autoridad para intentar ganar gente a su causa.
Falta aclarar que la Asamblea presente en la toma de rectorado está compuesta por menos de 20 personas… Que se convoca a los estudiantes mediante clases obligatorias en rectorado, para luego decir hay que los alumnos son autoconvocados, además exprese usted que la Asamblea esta compuesta únicamente por profesores y estudiantes de Humanidades, las demás facultades brillan por su ausencia.