En Laferrere muchos vecinos se quedaron sin servicio de luz y teléfono como consecuencia de robos en las instalaciones. Juan Carlos Alderete describe la situación.
A veces ocurren hechos que desnudan todas las fallas del sistema. La impericia de las autoridades , la desidia por atender los problemas más urgentes, la enorme distancia que existe entre los intereses electorales y las necesidades de los que votan. El temporal que sacudió a muchísimos vecinos de la ciudad y el conurbano, volvió a poner al descubierto una miseria estructural de la que no podemos zafar.
El último de los episodios ocurrió en Gregorio Laferrere, una de las muchas localidades que todavía sufre los estragos que dejó la tormenta. Casas devastadas, falta de agua y de luz, insumos que no llegan, y además inseguridad.
Ayer por la madrugada se detuvo a dos hombres de 26 y 53 años con cinco toneladas de cable de teléfono en una Ford F 100. “Los efectivos encontraron montado en la caja del vehículo un sistema de malacate, con una cantidad de rollo de cable de telefonía. Posteriormente, determinaron que lo estaban extrayendo de una claraboya de inspección de la empresa Telefónica y que ya llevaban recogido aproximadamente 650 metros de cable, alrededor de 5000 kilos, de acuerdo a un relevamiento que hizo personal especializado”, explicó el Comisario Mayor Grecco de la Distrital de La Matanza.
Los dos detenidos que estaban vestidos con indumentaria que simulaba la de operarios de la empresa, esperaban reducir los cables y venderlos en el mercado ilegal en donde, según Grecco, se paga “8 dólares el kilo”. Como consecuencia, una cantidad considerable de usuarios quedaron sin servicio, aunque aun no se pudo determinar la cantidad.
Si bien la policía provincial destacó sus tareas preventivas y el patrullaje realizado en los barrios, el Comisario no pudo precisar si existieron casos similares o cuál es el estado general en los barrios de Laferrere.
Juan Carlos Alderete sostiene que las fuerzas de seguridad, más bien, brillan por su ausencia: “son los vecinos lo que nos cuidamos, los que hacemos postas de noche en las esquinas para poder tener algo de claridad y a los vecinos que trabajan los tenemos que esperar en las paradas en donde hay luz y acompalarlos hasta las casas porque los robos están a la orden del día. Somos nosotros los que nos ciudamos porque la policía y Gendarmería prácticamente no existen en este lugar”. El referente de la Corriente Clasista y Combativa vive en La Matanza y aseguró que “no solo robaron cables de telefonía, también de la red eléctrica. En algunas cuadras falta totalmente la red. Los vecinos se tenían que cuidar entre ellos que no los robaran, porque sabían que en el momento que volviera la luz, no íbamos a tener electricidad por falta de tendido”.
La solidaridad de los vecinos contrasta con la ausencia de muchos funcionarios, que se tomaron en serio el feriado de Semana Santa. “Tuvimos que cortar la ruta para que nos escucharan”, dice Alderete que como otros vecinos y dirigentes continúan trabajando para recuperar algunos de los servicios básicos.
Todavía queda mucho por hacer. Todavía está el recuerdo de las primeras imágenes que mostraron barrios devastados, abandonados de cualquier tipo de asistencia. Gente que perdió sus casas, vecinos cuyo paradero aún se desconoce. Los robos son tan solo un pequeño detalle de color, dentro de un paisaje que aún parece desolador.
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