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Un viaje en carrusel con La Reina del No

Por Gabriel Túñez (@gabtunez)

 La Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) se reunió el fin de semana en Mendoza. El punto clave del encuentro fue una masiva movilización organizada con motivo de la Fiesta Nacional de la Vendimia y que el vicepresidente Amado Boudou evitó mirar desde el palco oficial.

Apuraron sus discursos y antes del mediodía volvieron rápido al lujoso Hotel Park Hyatt ubicado frente a la céntrica Plaza Independencia. El vicepresidente Amado Boudou y los gobernadores de Mendoza, Francisco “Paco” Pérez, y de San Juan, José Luis Gioja, dejaron solos en el palco, y de cara al implacable sol del mediodía cuyano, a los invitados especiales para presenciar el Carrusel de la Vendimia, un capítulo tradicional de la Fiesta que los mendocinos preparan todos los años en honor al vino.

Separados por la calle Chile, y detrás de un pequeño vallado, poco más de un centenar de militantes de La Cámpora y del Movimiento Unidad Popular (MUP) movían con desdén banderas limpias para la ocasión. En ese momento comprendieron la partida estratégica de sus representantes: a tres cuadras de distancia se acercaba la llamada “contramarcha”, una movilización que hace ocho años sólo convocó a 37 personas y que ahora, pasadas las 11.30 del sábado, tiene como protagonistas a casi de 12 mil militantes de organizaciones ambientales, sociales, políticas y sindicales, maestros, guardaparques, murgas y productores viñateros que caminaban detrás de una bandera roja con la inscripción “Contra el saqueo y la contaminación” y al grito de “El agua de Mendoza no se negocia”.

– Mi tía no se pierde esta fiesta desde que tiene tres años. Yo, en cambio, de lo único que participé es de la contramarcha.

Gabriel Liceaga, integrante de la Asamblea Popular por el Agua del Gran Mendoza, resalta la paradoja familiar mientras toma de sus manos a dos compañeros y forma un cordón de “seguridad” para que avancen los manifestantes frente al palco. Vestido de remera negra que dice “No a la megaminería contaminante” y con una barba rubia que lo vuelve parecido al  Chango Spassiuk, el joven asegura que hasta hace poco tiempo en Mendoza no había “10 mil militantes de nada”, pero ahora mira sonriente y algo incrédulo el paso de la movilización.

La marcha, que recorrió más de 20 cuadras y fue aplaudida a su paso por la mayoría de las miles de familias que esperaban ver a las postulantes a la Reina de la Vendimia, significó el punto central del XVIII Encuentro de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). El colectivo, que desde hace siete años agrupa a movimientos sociales de todo el país, se reunió en el Camping Viñas de Vieytes del departamento de Maipú.

Hasta allí llegaron 300 asambleístas de Andalgalá, Famatina, Chilecito, Jáchal, Villa Giardino, Cafayate, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Vicente López y San Fernando, entre otros, para compartir sus experiencias de confrontación a los emprendimientos mineros y agrícolas que contaminan sus tierras.

La reunión no era una más para la UAC. Era, en cambio, la primera luego de las represiones policiales sufridas por los manifestantes que se oponen a la minería en Catamarca y La Rioja; de la nacionalización de un reclamo que lleva más de una década; y de los discursos a favor de los emprendimientos extractivos pronunciados en los últimos meses por la presidenta Cristina Fernández y varios gobernadores.

“Quizá ni siquiera nosotros terminemos esta lucha”, dice Carlos Argañaraz, de la Asamblea de Chilecito. Relato pausado y manos callosas, habla junto a una bandera argentina en la que pegó fotos del cerro Famatina, ese que XXX. Llegó a la reunión de la UAC junto a su hija para detallar las acciones de rechazo al convenio que el gobernador peronista Luis Beder Herrera firmó con la empresa canadiense Osisko para explotar el cordón montañoso que se erige blanco de nieve en la cima. En la provincia quedaron su esposa y su hijo, quienes participan del corte de ruta que bloquea el paso de los representantes de la compañía a la zona de exploración. “Si entra la minería en el Famatina, cagamos”, resume Argañaraz.

La discusión del Encuentro estuvo centrada, precisamente, en “cómo continuar la lucha”. Los asambleístas evaluaron nuevas medidas de fuerza a nivel local pero con la necesidad de recibir un acompañamiento en todo el país. Además, la intención es que las próximas acciones “no sólo afecten a las mineras sino también al gobierno nacional”.

“Necesariamente hay que trasladar el escenario desde nuestros territorios a la ciudad”, especifica un integrante de la Comunidad Diaguita de los Valles Calchaquíes.

Los participantes coincidieron también en impulsar en el Congreso la derogación del Código de Minería y un proyecto de ley que prohíba la megaminería a cielo abierto con la utilización de sustancias químicas contaminantes.

El Encuentro se dividió en comisiones. La de Comunicación, por ejemplo, analizó un tramo de la participación de la gobernadora catamarqueña Lucía Corpacci y su vice, Dalmacio Mera, en el programa de televisión 678. “No hay ningún indicio de cianuro en la provincia, y si lo hubiera seríamos los primeros en denunciar”, sostiene Mera en el video, y surgen espontáneas las risas de los participantes.

Una asambleísta de Tupungato planteó que resulta clave para los movimientos sociales “utilizar todas las herramientas de la prensa nacional”, aunque manteniendo la comunicación por medio de sitios Web y radios comunitarias como El Algarrobo, de Andalgalá, y la Red Nacional de Medios Alternativos, que cubrió el Encuentro y la movilización por el centro mendocino. Sin embargo, este punto de vista no tiene una aceptación unánime. El canal noticias TN, por ejemplo, “sirvió porque fue funcional al pueblo, pero también puede generar inestabilidad interna”, advierte una integrante de la asamblea de Tinogasta.

Entre discusión y discusión hay tiempo para el almuerzo: tarta de verdura y sándwich de milanesa son las opciones. En la fila sinuosa frente al bufet, los participantes de la reunión se reconocen aunque con alguna dificultad:

– Yo te tengo visto de otra reunión. ¿De qué organización sos?

– De El agua manda.

– Ah, sí, el agua mata.

– Noooo, ¡cómo va a matar el agua!

Más atrás en la fila, el ex diputado nacional y porteño Luis Zamora charla con un militante de izquierda con el que, según cuenta, estuvo enfrentado políticamente en los 80. A una década del “que se vayan todos”, Zamora cree que la “crisis de representatividad entre las instituciones y la sociedad continúa”, y que las asambleas ambientales que se enfrentan cara a cara con sus intendentes o gobernadores son una muestra de esa realidad. “El camino de cómo seguir la lucha lo marca la pueblada en Famatina. Ese es el desafío”, agrega.

“Sin agua no hay vendimia”, se lee en varios carteles de la contramarcha. Muchos de ellos tienen el rostro de Yasmina Nahir Abraham, la representante del departamento de San Carlos en la elección de la Reina Nacional de la Vendimia. Una hora después, cuando la movilización pase y el Carrusel avance frente al palco oficial -ya con Boudou, Pérez y Gioja sentados nuevamente al sol- la joven llevará en su mano izquierda una pancarta que dice “No a la ley antiterrorista, somos pueblo que lucha”. Yasmina estuvo lejos de ser la premiada en la celebración, pero fue elegida por los asambleístas como “La reina del No”.