Por Lucas Tabaschek
Cristina sostuvo que por el pago de los Boden 2012 a los ahorristas, no pudieron hacer obras. Menos del 25% de esos bonos se emitió con destino a los ahorristas, el resto fue para los banqueros y especuladores.
En su discurso ante el Congreso del 1º de marzo, Cristina Kirchner declaró que “el BODEN 12, para los que no saben, no fue a fondos de afuera, no fue a países soberanos extranjeros; el BODEN 12 se formuló para pagarles a los argentinos a los que los bancos de este país no les devolvieron sus ahorros. Fue el resto de los argentinos -argentinos que, tal vez, nunca vieron ni verán un dólar en toda su vida- los que tuvieron que contribuir con 19.641 millones de dólares”.
Néstor Kirchner “se hizo cargo”, al igual que ella, “porque para eso se es gobierno”. “Si – por ejemplo – no hubiera tenido que pagar los 19.641 millones de dólares del corralito tendríamos los mejores trenes del país (sic)”, afirmó. Los ahorristas, perjudicados por la crisis del 2001, tendrían la culpa de la falta de inversión en los trenes e incluso de la masacre de Once.
En ningún momento del discurso criticó a los banqueros, quienes fueron en gran parte responsables de la enorme fuga de capitales de 2001 (no sólo colaborando en la fuga de otros, sino también girando sus propios fondos a sus casas matrices), además de grandes empresas como YPF y sin olvidar a los Kirchner que por esos meses fugaban del país tanto los fondos de Santa Cruz como sus millonarios depósitos personales.
Los bonos de deuda pública “Boden 2012” se emitieron, en un comienzo, mediante el Decreto 905/2002 del ex presidente Eduardo Duhalde. Allí leemos que, por un lado, se contempla el pago a los ahorristas confiscados (el corralito restringía el retiro de los depósitos, se trata en verdad del llamado «corralón», por el cual Duhalde pesificó el valor de los fondos), pero también y principalmente se “compensó” a las entidades financieras.
El Boletín Fiscal del Ministerio de Economía con fecha 30 de junio de 2003, apenas asumido Kirchner, da cuenta de Boden12 emitidos por U$S 10.692 millones, de los cuales U$S 4.251 millones eran para los ahorristas y U$S 6.441 millones fueron directamente a los banqueros. Pero además, los ahorristas fueron desprendiendose de sus bonos desde el principio. El propio decreto destacaba como «finalidad» el hecho de tratarse de un instrumento «susceptible de ser rápidamente realizado en el mercado».
El dirigente del Partido Obrero y ex candidato a presidente por el Frente de Izquierda, Jorge Altamira, señaló que “esos bonos fueron malvendidos en su mayor parte a los fondos especulativos, los que ahora cobrarán hasta el último dólar de su actividad carroñera”.
Si bien la emisión de esos primeros Boden12 se produjo durante 2002, la colocación efectiva de los mismos no se realizó inmediatamente. Hacia el 30 de septiembre de 2003, ya en plena gestión K, todavía no habían sido colocados U$S 4.435 millones de los Boden12.
Posteriormente se emitieron más bonos. El ex presidente del Banco Central y dirigente de la Coalición Cívica, Alfonso Prat Gay, recordó que «casi la mitad de los Boden12 (us$ 7.000 millones) los emitió Néstor Kirchner». Efectivamente, hacia junio de 2003 se habían emitido Boden12 por U$S 10.692 millones y posteriormente se llega a un total de U$S 17.413 millones. Sumando los intereses, totalizan U$S 19.641 millones.
Ni un dólar de esta nueva deuda emitida desde el 2003 fue a los ahorristas. En parte fueron nuevos bonos dados a los banqueros en “cobertura” por haber sido “perjudicados” en 2002, completando más de ocho mil millones de dólares. Además, durante los años 2005 y 2006, se emitió nueva deuda mediante licitaciones y colocaciones directas por U$S 5.219 millones (ver informes de emisión de 2005 y de 2006). Los Boden12, en esos casos, fueron simplemente un marco reutilizado con otros fines.
Lo otorgado a los ahorristas significó por lo tanto menos del 25% de los Boden 2012, e incluso aquellos terminaron en manos de especuladores financieros. Esas obras que no se pudieron hacer se deben al salvataje de los bancos, tanto por Duhalde como por los Kirchner, quienes avalaron la operatoria, colocaron bonos, e incluso emitieron nueva deuda pública. Ciertamente, una enorme contribución de tantos argentinos que nunca vieron un dólar, por medio del Estado, hacia la patria financiera.