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La Cámpora ¿Militancia o carrera política?

Por Cristian Guimera (@Cristiang10)

La polémica agrupación genera debates y preguntas respecto de su rol militante. Exceso de pragmatismo y carencia de ideas, opinan algunos.

Pienso, por un instante, en qué es la militancia y si bien el diccionario de la Real Academia española define la palabra militar como «Figurar en un partido o en una colectividad», se me viene el nombre de Mariano Ferreyra, el joven asesinado en una protesta que luchaba contra la tercerización y a favor del pase a planta permanente de los trabajadores de la Línea Roca. El rol de este militante fue mucho más que el de figurar en un partido. Peleaba contra una de las grandes falencias del capitalismo como es la tercerización.

¿Es La Cámpora una agrupación que lucha por la defensa de sus valores o más bien su función es apoyar al poder político reinante y luego ocupar puestos dentro del Gobierno? Varios militantes de La Cámpora pasaron a tener cargos importantes. Se puede mencionar a modo de ejemplo a Juan Abal Medina, actual Jefe de Gabinete;  Mariano Recalde, titular de Aerolíneas Argentina; Mariana Larroque, que trabaja en la Dirección de Documentación de Presidencia de la Nación; el fallecido economista IvánHeyn que llegó a ser el subsecretario de Comercio Exterior. En la Cámara de Diputados de la Nación hay diversos legisladores que pertenecen a la agrupación juvenil kirchnerista: Andrés Larroque, Eduardo De Pedro,  Mayra Mendoza, Santiago Aragón, María Luz Alonso, Anabel Fernández Sagasti, Marcelo Santillán y Marcos Cleri.

Me surge la duda de si los integrantes de La Cámpora están de acuerdo con que, al igual que en los ’90, el petróleo y los trenes estén en manos de privados, si apoyan o se manifiestan en contra de empresas de minería a cielo abierto y que usan el agua dulce (un recurso escaso) para lavar cianuro y que tienen el aval del Estado. Si están a favor del dineral que se destina a Fútbol Para Todos mientras que a los servicios públicos se le quitan los subsidios, y qué pensarán de la tercerización que padecen en la actualidad muchos de los trabajadores.

Lo que sin duda es positivo para remarcar de La Cámpora es que promueve la participación en la política a los jóvenes desde el secundario, cuando tiempo atrás, los políticos tradicionales no veían con buenos ojos que los jóvenes tuvieran un rol dentro de la política. Además, se da la posibilidad de que gente nueva se integre al poder legislativo en distintos distritos.

 

La Cámpora y los medios

 

 

En la búsqueda, quizá, de desprestigiar al Gobierno e incluso de ensuciar la militancia de los jóvenes, los medios opositores suelen resaltar los cargos que obtienen los militantes de La Cámpora. Incluso cuando murió Iván Heyn, varios medios remarcaron que era un integrante de esa agrupación por encima de su profesión de economista.

“La Cámpora, hasta en áreas de Justicia”, tituló Perfil en una nota. “Militantes de La Cámpora sumaron cargos clave en el nuevo gabinete”, dice un titular de Clarín. “La Cámpora gana espacio concreto en la gestión”, enfatiza La Nación en el título de un artículo. ¿Acaso la manera en que estos medios muestran a La Cámpora promueven a la agrupación como un medio para la carrera política?

Cuando Moyano, en su acto por el día del camionero en el estadio de Huracán, se refirió a La Cámpora como los “nenes bien” surgió el debate y la comparación entre la agrupación juvenil y los Montoneros. No creo que haya mucho por comparar ya que Montoneros, con una ideología propia, se enfrentó al gobierno de facto de Onganía, Levingston y Lanusse y además llevó adelante una lucha contra el propio sistema económico. Sobre una posible asimilación entre La Cámpora y Montoneros, el filósofo José Pablo Feinmann dijo algo interesante al respecto: “Lo que me preocupa de La Cámpora es que hay un exceso de pragmatismo y una carencia de ideas. Además, muchos han tomado puestos en el Gobierno, cosa que la Juventud Peronista no había hecho y se pasaba el día hablando de ideas, ideas e ideas”.

La Cámpora se autodefine como una agrupación que busca dar la batalla ideológica de todos los tiempos entre un país para pocos o un país para todos. “Tenemos la oportunidad de continuar la pelea histórica por la redistribución del ingreso y la justicia social”, así lo expresa en su página web.

Es diferente la militancia que prioriza la lucha por los valores y el bien colectivo, como hizo Mariano Ferreyra, quien comenzó a militar a los 13 años para el Partido Obrero, a un simple acompañamiento al poder político, en cualquier circunstancia y sin una clara definición ideológica, sumado a la ambición personal de ocupar puestos importantes a través de la participación en una agrupación o partido político.

 

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