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Una narco nada

Por Pilar Lonzième

Angie Sanclemente Valencia fue condenada hoy a seis años y ocho meses de cárcel por el delito de narcotráfico. Plazademayo.com muestra la verdadera cara de la narcomodelo.

 

 

 

¿Te parece que una reina narco va a comer pan duro? Quizás si hubiese elegido otro novio las cosas hubieran sido diferentes para Angie Sanclemente Valencia.

 

La historia de Angie comienza con un matrimonio con un supuesto narco mexicano apodado «El monstruo” quien además la habría introducido en el negocio. Si así fue, los últimos dos años demostraron que su ex le enseñó muy mal o ella no aprendió muy bien.

 

 

Ayer reconoció ante el tribunal, que está pagando muy caro por la llamada que la implicó en la causa de intento de tráfico de estupefacientes. Incluyendo siempre a dios como su testigo, jura que vino a Argentina, solamente para casarse. Angie insiste que está presa por ser colombiana, por ser linda, por ser la perejila y sobre todo, por haberse enamorado de Nicolás.

 

Una de las cosas que más le molestaban al principio a Angie era haber sido coronada como la “narcomodelo”, porque con el único requisito con el que cumple es con el de ser linda, muy linda; porque en realidad, ella es actriz.

Más que hot y sexy, su historia es triste. Es muy difícil imaginar a una mujer, cuya mejor o única estrategia de defensa es argumentar que fue engañada por su propio novio y aún futuro esposo, comandando o anexando a miembros de una red de narcotráfico.

 

Jugar a la distraída le salió mal, de nuevo. No es la primera vez que Angie pierde por mentir, aunque esta vez haya sido “por amor”. Cuando tenía 21 años le quitaron el título de Reina Nacional del Café de Colombia, por haber mentido sobre su estado civil, se había divorciado y para poder participar en el concurso, ni siquiera podía estar casada.

 

A lo largo del proceso, la estrategia y la defensa de Angie, fueron modificadas. Mutó de la inocencia absoluta a culpable por amor a su novio. Cambió de abogados a medida que la justicia le rechazaba los pedidos de excarcelación, por la posibilidad de que volviera a huir.

 

Sus primeros meses en el penal de mujeres de Ezeiza, los padeció en un pabellón donde tenía solo dos minutos para hablar por teléfono. Después de recibir amenazas y asegurar haber sido golpeada por otras internas, que pensaban que Angie era rica por el embargo judicial de casi cuatro millones de dólares que hoy pesa sobre sus hombros, fue trasladada a otra unidad donde está resguardada de las agresiones y puede trabajar.

 

Su actual abogado Matías Delgado, explicó a la prensa hace unos días que, por ser actriz, Angie vive en un mundo muy distinto al normal, motivo por el cual se escondió del poder judicial durante seis meses. Tenía miedo de que la rapen y la lastimen. Angie aún conserva intacto su pelo largo y posa como una modelo profesional en las fotos que le sacan para medios de todo el continente.

 

La verdad de Angie decepcionó a los que vinieron desde lejos en busca de una reina narco. Millonaria, Fría, astuta, mandona, irresistible, malhumorada. La historia podría ser interesante, si Angie fuese todo eso.