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FBI: el “complot terrorista” sugiere operación encubierta

Por Gareth Porter *

El plan para atentar contra el embajador saudí en Washington: ¿Un “complot terrorista” o una causa armada?

 

WASHINGTON, 13 de octubre de 2011 – Mientras el gobierno de Barack Obama denuncia al gobierno iraní como “responsable” del presunto plan para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington, los documentos legales que proveen evidencia en el caso ofrecen múltiples muestras de que se trató principalmente del resultado de una causa armada por el FBI.

 

Aunque el documento legal, llamado “querella criminal corregida”, implica al iraní-americano Manssor Arbabsiar y a su primo Ali Gholam Shakuri, miembro de la fuerza de elite iraní Al Quds, en un plan para asesinar al embajador saudí Adel al-Jubeir, también sugiere que la idea se originó y fue impulsada fuertemente por un agente encubierto de la DEA, bajo la dirección del FBI.

 

Cuando Arbabsiar se encontró por primera vez, el 24 de mayo, con el informante de la DEA, a quien creía parte de un cartel de drogas mexicano, no lo hizo para contratar un grupo de choque para matar al embajador. En realidad, hay razones para creer que su objetivo principal era cerrar un trato para vender grandes cantidades de opio proveniente de Afganistán.

 

En la causa, lo más parecido a una evidencia de que Arbabsiar buscaba ayuda en esa primera reunión para asesinar al embajador saudí, es el testimonio, atribuido al agente de la DEA, de que Arbabsiar dijo estar “interesado, entre otras cosas, en atacar una embajada de Arabia Saudita”.

 

Entre las “otras cosas” se encontraba, casi con seguridad, una operación con heroína controlada por miembros de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC). Tres periodistas de Bloomberg -citando a un “agente federal”- escribieron que Arbabsiar dijo al agente de la DEA que representaba a iraníes que “controlaban el narcotráfico y podían proveer toneladas de opio”.

 

Gracias a las entradas de opio de Afganistán a Irán, las autoridades iraníes controlan el 85% del opio del mundo, de acuerdo con la agencia iraní Fars News. El personal de seguridad iraní, incluyendo los miembros del IRGC y de Al Quds, tienen por lo tanto, la oportunidad de vender el opio a narcotraficantes de Medio Oriente, Europa y, ahora, de México.

 

Los carteles de droga mexicanos han comenzado a conectarse con los narcotraficantes de Medio Oriente, en muchos casos destinando agentes en zonas de Medio Oriente para facilitar la producción y venta de heroína, según un informe de enero pasado de Border Beat, un servicio de noticias online de estudiantes de periodismo de la Universidad de Arizona.

 

Pero la versión del FBI de los contactos entre Arbabsiar y el agente de la DEA no hace ninguna referencia a discusiones sobre drogas.

 

La causa criminal se refiere a un número no especificado de reuniones entre Arbabsiar y el agente de la DEA a fines de junio y en las primeras dos semanas de julio.

 

Qué ocurrió en esas reuniones continúa siendo el principal misterio que rodea el caso.

 

La versión oficial de la investigación cita el testimonio del informante (a quien se llama “CS-1” en el documento) que señala: “Durante el transcurso de una serie de reuniones, ARBABSIAR explicó a CS-1 que sus allegados en Irán habían discutido una serie de misiones violentas para que CS-1 y los presuntos socios criminales de CIS-1 lleven adelante”.

 

La versión señala que la misión discutida incluía el asesinato del embajador. Pero no hay ninguna afirmación proponiendo o aceptando el hecho, que pueda ser atribuída a Arbabsiar. “Antes de la reunión del 14 de julio, CS-1 había informado que él y Arbabsiar habían discutido la posibilidad de ataques en una serie de otros blancos”, señala la versión.

 

La descripción de los blancos implica “instalaciones de gobiernos extranjeros asociados con Arabia Saudita y con otros países… ubicados tanto dentro como fuera de los Estados Unidos”, sin mencionar ninguna discusión respecto al embajador saudí.

 

Tanto el lenguaje utilizado como la ausencia de cualquier afirmación atribuida a Arbabsiar implican que el iraní-americano no dijo nada sobre asesinar al embajador saudí, excepto como respuesta a sugerencias del informante, lo que formaba parte de una operación encubierta del FBI.

 

El informante de la DEA, como reconoce el FBI en una nota al pie, había sido acusado de un delito de narcotráfico por un estado de los EE.UU., y había estado cooperando en investigación de narcóticos —al parecer operando como un agente de un cartel de drogas— a cambio de que le fueran levantados los cargos. El documento guarda un sorprendente silencio respecto a si la conversación fue grabada.

 

Un ex agente del FBI familiarizado con los procedimientos en este tipo de casos, que habló en forma anónima, dijo que el FBI normalmente habría grabado todo tipo de conversaciones que tuvieran alguna relación con la posibilidad de actos terroristas.

 

La ausencia de citas textuales de todas estas reuniones sugiere que no respaldan la acusación hecha por el FBI y el gobierno de Obama.

 

La versión es bastante explícita, por otro lado, sobre el hecho de que las reuniones del 14 y el 17 de julio fueron grabadas por instrucción del FBI. Las frases citadas de estas transcripciones muestran al informante de la DEA tratando de inducir a Arbabsiar para indicar su acuerdo con el asesinato del embajador saudí.

 

Hay citas del informante diciendo que necesitaría “al menos cuatro tipos” y que “llevaría el uno punto cinco para Arabia Saudita”. Declaró que él “iría adelante y trabajaría en Arabia Saudita, consigamos toda la información posible”.

 

En un punto el informante dice, “ustedes solo quieren, quieren al tipo principal”. Y al final de la reunión, declara “vamos a empezar a cargarnos al tipo”.

 

El hecho de que no haya una sola cita de Arbabsiar que muestre que dio su acuerdo a asesinar al embajador, y mucho menos que lo haya propuesto, sugiere que o bien no quería colaborar o vinculaba el asunto con otra cosa, como la perspectiva de un gran negocio de drogas con el cartel.

 

 

Las citas de Arbabsiar de una conversación telefónica del 2 de septiembre que dicen que el cartel “tiene el número para la caja fuerte” y que “una vez que abres la puerta está ahí”, podrían referirse a una transacción con drogas que había sido discutida, mientras que la versión del FBI sugiere que esas citas hacen referencia al asesinato y a “otros proyectos” con el grupo iraní.

 

En la reunión del 17 de julio, el informante de la DEA presentó un plan para poner una bomba en un restaurant y matar al embajador, con la posible muerte de 100 a 150 personas, mostrando una falta de preocupación por parte de Arbabsiar respecto a esas muertes.

 

Durante una visita a Irán en agosto, Arbabsiar giró dos pagos iguales por un total de $100.000 a una cuenta bancaria en Nueva York. Pero aún estaba bajo la impresión de que estaba por cerrar un trato con el cartel.

 

El Washington Post informó el jueves que Arbabsiar le dijo a un amigo iraní-americano de Corpus Christie, Texas: “voy a hacer buen dinero”.

 

También hay evidencia circunstancial de que Arbabsiar pudo haber sido incluido en el montaje para implicar a su primo Gholam Shakuri en el plan terrorista.

 

Arbabsiar se encontró con su primo Shakuri a fines de septiembre y le contó que el cartel reclamaba que él, Arbabsiar, fuera a México personalmente para garantizar el pago. Este reclamo de la DEA era un obvio mecanismo del FBI para lograr que Shakuri y sus socios en Teherán demostraran su compromiso en el asesinato.

 

La versión del FBI indica que Shakuri le dijo a Arbabsiar que debía hacerse responsable de sí mismo si viajaba a México. Esta afirmación podría haber sido una señal de alarma para Arbabsiar, si aún creía que estaba tratando con uno de los carteles de droga más criminales de México, de que podría estar arriesgando su vida por un grupo que ya no se hacía responsable por él.

 

Sin embargo Arbabsiar viajó a México como si no le preocupara ese riesgo.

 

Luego de su arresto el 29 de septiembre Arbabsiar defendió su derecho a un abogado y proporcionó una confesión completa. Unos días más tarde, realizó una llamada telefónica a Shakuri que fue grabada “por instrucción de los agentes federales”, según el FBI.

 

 

*Gareth Porter es un historiador y periodista de investigación especializado en políticas de seguridad nacional de los EE.UU. La edición rústica de su último libro, “Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam”, fue publicada en 2006.

 

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