Después de dos allanamientos practicados el día 28 de junio, el juez Zaffaroni recibió la notificación de lo que estaba sucediendo en sus propiedades.
Nueva información procedente de las actuaciones de las distintas fiscalías que entienden en la causa de los más de 600 prostíbulos denunciados en 2009, hacen cada vez más difícil creer que el ministro de la Corte, Eugenio Zaffaroni desconocía, por lo menos durante estos últimos meses, lo que ocurría en los departamentos de su propiedad.
De la totalidad de los domicilios denunciados ante la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE), solo más de 40 casos fueron tomados por ese organismo para su investigación. El resto de las denuncias, fueron derivadas a la Fiscalía Nº 7, a cargo del Dr. Edgardo José Orfila, quien además actúa ante el Juzgado Correccional Nº 6, del Dr. Eduardo Carlos Fernández.
Los casos que manejó directamente la UFASE, derivaron en una orden judicial para realizar allanamientos en esos 40 departamentos, proceso que dio como resultado la imputación de varios policías por el delito de cohecho, entre marzo y abril de este año.
Por el otro lado, el Dr. Orfila realizó la investigación sobre la titularidad de las líneas telefónicas utilizadas en los distintos prostíbulos que quedaron bajo su órbita, con la finalidad de desentrañar las distintas redes de trata o proxenetismo que pudieran surgir. Esta investigación, que incluye solo una parte de los domicilios del juez, detectó que en los departamentos de la calle Dellepiane 688 y Bacacay al 3100, ambas propiedades de Eugenio Zaffaroni, se ejercía la prostitución, y que formaban parte de una red comandada por Marcia González. Estos datos resultan del informe de dominio solicitado por el fiscal Orfila, luego de la comprobación fehaciente de proxenetismo en cinco domicilios, de los cuales dos resultaron propiedad del juez de la Corte.
Como surge de las investigaciones realizadas en las fiscalías Nº 7 y Nº 2, Marcia González alquilaba de manera directa tres de los departamentos de Eugenio Zaffaroni para los que declaró como finalidad, vivienda personal; y aparecía como garante en otras dos propiedades del juez. Cabe agregar que Marcia González -hoy con paradero desconocido- tenía, al momento de firmar los contratos de alquiler, conocidos antecedentes de proxenetismo. Un primer dato que genera suspicacias. ¿Existe la posibilidad de que ni el dueño de la inmobiliaria, Juan Calvo, ni el apoderado de Zaffaroni, Ricardo Montiveros, sospecharan sobre la titularidad de una misma persona sobre cinco propiedades que, según las mismas declaraciones de la arrendataria, tenían como fin el uso personal?
El 28 de junio de 2011, el juez Eduardo Fernández, a pedido del fiscal, había autorizado órdenes de allanamiento en los cinco domicilios en donde se había constatado proxenetismo (2 eran de EZ). Durante el procedimiento se tomaron testimonios, fotografías y pruebas que permitieron posteriormente identificar a Marcia González como la recaudadora de las redes.
Como en muchos los operativos que involucran casos de trata de personas, en esa oportunidad también participó la Oficina de Rescate y Acompañamiento de Víctimas de Trata de Personas, a cargo de Zaida Gatti, que trabaja en conjunto con el Dr. Marcelo Colombo, fiscal de la división antitrata de la UFASE. Después de los allanamientos, la justicia clausuró los departamentos; procedió a secuestrar las llaves y posteriormente, notificó a los propietarios -entre los cuales estaba Eugenio Zaffaroni- sobre los procedimientos practicados y las causas que se estaban investigando, poniéndolos en conocimiento de que las llaves de las propiedades se encontraban a su disposición en la fiscalía. Zaffaroni nunca concurrió a retirar las llaves.
Pasados tres días del allanamiento, las fajas de seguridad que impedían el ingreso a las propiedades se rompieron y los prostíbulos continuaron funcionando normalmente. Este acto constituye un delito caratulado como “violación de sellos y documentos”, que puede ser penado con hasta cuatro años de prisión.
Por su parte, la fiscalía Nº 2, que tomó a su cargo otra parte de las causas, no consiguió que el juez actuante en esas investigaciones autorizara los allanamientos sobre las restantes propiedades de Eugenio Zaffaroni.
Sin embargo, este “estado de excepción” no se pudo mantener por mucho tiempo. Un mes después de estas marchas y contramarchas en la investigación, otra denuncia de un vecino del edificio de la calle Vicente López, apareció. Esta vez, había tomado estado público.
Notas relacionadas:
Entrevista a Gustavo Vera, de La Alameda
«¿Por qué llamamos desorden a los prostíbulos?»
Loco no jodan más, a la mayoría le importa un pomo, el tipo la sabe hacer bien, y por ahora la Justicia no demostró delito alguno, es tan inocente cómo todos los funcionarios y políticos argentos. Asumamos de una vez por todas q una vez q se llega a ocupar un cargo es lícito enriquecerse, y sigamos disfrutando la primavera nacional y popular. Si hay un carguito para mí, tienen mi mail, y aseguro ser tan inútil como cualquier funcionario, puedo cobrar un buen sueldo en Salud, Justicia, Educación, Seguridad, etc., y poner la mejor cara de boludo si me pescan en alguna.
Digo no… no es inverosímil que Zaffa no haya hecho algo al respecto una vez que se hubiera enterado que sus deptos estaban en la mira?
Todos los que sabemos aunque sea un chiquiiiiiiiiiiiiiito de cómo se administra la justicia sabemos que los jueces leen apenas un 5% de los papeles que les llegan, que son cientos de miles de miles. Con lo cual esta investigación es extremadamente débil en sus argumentos. Pura cháchara en la misma línea que otras acusaciones flojitas
No creo que los jueces (tampoco los de la Corte) reciban «cientos de miles de miles» de «papeles» por mes (ni por año; ni «cientos de miles de miles» o sea de millones, ni cientos de miles a secas, ni bastante menos). La necesidad de la exageración es lo que muestra lo flojito del comentario. Entre los papeles que reciben, tampoco es lo mismo una carpeta por una causa de terceros en la cual debe dictaminar, que una notificación hacia su persona que le llega a su casa ¿las boletas de luz y gas también se le mezclarán entre los «cientos de miles de miles»? Pero está bien dudar, -yo hasta esta noticia tenía muchas dudas-, supongamos que no sabía, no sabía que la inmobiliaria no tenía habilitación, no le llegó esto, Montivero (aquel con su mismo domicilio fiscal y por quién puso las manos en el fuego) nunca le dijo nada ni tampoco aquel sabía nada de nada ni estuvo en donde se sabe que estuvo, en fin, Zaffaroni es un pobre ignorante, una pobre víctima. Tanto que ahora también es víctima…. de continuar en la Corte, la cual dice que iba a dejar, pero debido a toda esta situación cambió de parecer y hará un nuevo sacrificio. Sí él lo dice… vermouth con papas fritas…
Calculo que los papeles privados los debe poner en distinta bandeja que los expedientes.