Por Nicolás Varela (@nicolinov)
El autor propone revisar dos de los principales temas que aparecieron en Twitter durante la semana pasada, con motivo de las elecciones del pasado domingo. #NoVotoaCFK y #YoVotoaCFK, argumentos y sentimientos anti y oficialistas.
En esta última semana, dos de los temas más comentados en Twitter fueron #NoVotoaCFK y #YoVotoaCFK (con el transcurso de los días, los que agregaban alguno de estos hashtag, se convirtieron en “gorilones de la corpo” y “soldados nacionales y populares” respectivamente). El segundo hashtag se generó en respuesta al primero que, durante el lunes y el martes, estuvo primero en el ranking de temas del momento. Leyendo unos y otros, se observó que, salvo en pocos casos, las razones para sufragar, a favor o en contra, de la actual mandataria eran pobres, vacuas, débiles y discriminatorias (como algunas de las publicidades partidarias). Casi no aparecieron justificaciones lógicas o explicaciones razonables de porqué sí o porqué no. Algo extraño tratándose de los partidarios de la candidata que tiene cuatro años de gestión para defender, pero también para el caso de aquellos que tendrían argumentos para justificar su ataque valiéndose de esos datos. Digo esto porque si yo quisiera, por ejemplo, realizar una crítica lógica apuntaría hacia las leyes que quedaron en el tintero, en el cajón o en quién sabe dónde (reforma financiera, tributaria… ¿A Recalde le dieron vacaciones?) y no hacia el reloj que usa o si se hace la “maestra ciruela” en los discursos.
Veamos algunos ejemplos de tweets pro CFK:
Greta Romario (@GretaRomario) decía:
#YoVotoaCFK porque la escucho y se me hincha el pecho, se me llenan los ojos de lágrimas y me brota el amor por mi país, por éso!
Mientras que Andrés Bartolacci (@Andreiox) concluía:
#YoVotoaCFK …por que Clarín, la Nación y Perfil le hacen campaña en contra.
Greta, una patriota ejemplar. Romántica y sentimental. Lástima que faltó a un par de clases de geografía, debido a que Jujuy, Formosa y Santa Cruz pertenecen a la Nación, pero hasta aquellos lugares inhóspitos (¿habrá argentinos allí?) no llegó demasiado amor, sino unas cuantas balas de goma (¡Ah! ¿Eran de plomo? ¡Qué lo tiró, che!). En cambio, Andrés, atento y perspicaz, la elige porque está cansado de las “operaciones” mediáticas (léase: caso Shocklender, caso Zaffaroni, etc.) de los popes informativos.
Ahora, observemos tweets anti CFK:
Pedro Visintin (@pvisintin) sostiene que:
#NoVotoaCFK porque son todos zurdos y la yegua tiene la culpa de todo lo que pasa en el mundo, la crisis en eeuu es culpa de la yegua!
Al tiempo que Mariano Picardi (@Marianolaplata1), muy observador, afirma:
#NoVotoaCFK 42 lucas verdes tiene la yegua en la muñeca
Pedro, con el futuro asegurado como analista internacional, utiliza adjetivos un tanto viscerales. Le vendría bien repasar el significado de ciertos conceptos. ¿Un “zurdo” enviaría miles de gendarmes a vigilar las estaciones de trenes del GBA y los barrios del sur de la CABA? Apuesto a que Pedro aplaudiría entusiasmado si esta medida hubiera sido tomada por un político derecho y humano. Por último, y siguiendo la línea editorial veterinaria, Mariano preferiría que, como su ídolo máximo, Ernesto Guevara, la primera mandataria vista traje verde oliva y haga trabajo voluntario a la par de los obreros.
Si bien estos son solo cuatro tweets de entre miles, dan un panorama general del nivel de argumentaciones que se observó durante la semana. Cualquier opinión razonable fue respondida con una agresión. Muchas mentiras se plasmaron como valederas. Varias verdades se negaron de manera sistemática. El fundamentalismo Web, estuvo a la orden del día. El fundamentalismo Web, manda.
La oportunidad para debatir existe, el lugar virtual para la discusión está, pero, en muchos casos, no es utilizado de forma constructiva, sino, más bien, todo lo contrario. Nadie escucha al otro. Todos quieren imponer su verdad. (¡Y basta con la perorata de que “la única verdad es la realidad”!).
¿Aprenderemos? ¿Aprovecharemos la oportunidad? Los que tenemos en las manos la materia prima para generar sentido, para transformarlo, para interpretarlo y para difundirlo ¿nos pondremos alguna vez a la altura de las circunstancias?
El resultado del domingo, me hizo recordar a la reelección del innombrable, nadie lo votó, pero arrasó en las urnas. En el caso de la Sra. F. de K. tiene más adeptos q dan la cara, pero tambien está el q votó y no quiere q nadie se entere. En provincias con importantes conflictos sociales ganaron cómodos, en el conurbano bonaerense arrasaron, y basta ver q con los resultados q se están dando, el mapa político no sufre ningún cambio de trascendencia, es evidente q la voluntad mayoritaria es q nada cambie. El modelo es este y no jodan, no vamos a cambiar por un par de curros y unos pocos muertos en manos de la represión gubernamental, q la torta se la quedan unos pocos, seguro, pero dejan unas migajas q más o menos alcanzan, debo cuotas de todo a ver sí cambia algo y se va todo al joraca, etc. Estos grandes debates ideológicos de nuestra autodenominada clase media (Léase clase obrera con ínfulas), más una clase obrera descartada de las fuentes de producción q se conforma con esos míseros planes q les dan, más los sectores concentradores de riqueza q se la están repartiendo bastante bien (aunque se hagan los enojados o aparenten una disputa de intereses), garantizan la continuidad de este modelo «nacional y popular». Particularmente, no soy optimista, y aunque un par de cosas, un par nomás, me parecen buenas, tengo la misma sensación q en los 90, o sea, en cualquier momento todo se va al carajo. Espero equivocarme, desde el fondo de mis tripas espero q me demuestren lo equivocado q estuve. En cuanto a los q por q sí o por q no, depende siempre del grado de información q se maneja, del grado de consciencia de clase q se tiene, del lugar de pertenencia, y creo q por sobre todo, del egoísmo típico del argentino medio, analizar la realidad sólo contemplando mi micro-entorno. Aclaro q esa sensación pesimista q tengo la puedo justificar con argumentos valederos, pero no hoy. Hoy no tengo la menor de las ganas. El voto es soberano, y el voto del domingo pronostica 4 años más de ¿lo mismo?.