Por Facundo Pietra (@fpietra)
Por primera vez, y después de muchos años, la izquierda está unificada en un frente común. Como si esta no fuera razón suficiente para votarla, la izquierda tiene algo que los otros partidos no: un proyecto concreto.
Frente de Izquierda…
Hay varias razones para votar y hacer votar al Frente de Izquierda. La más notoria, probablemente, sea un hecho que impacta en el propio nombre: la izquierda se ha agrupado. Ese viejo afán popular que muestra a muchos electores reticentes a darle confianza la izquierda porque “está muy dividida” se ha cumplido en esta oportunidad. En condiciones muy particulares –me refiero a la reforma prescriptiva en que han coincidido el gobierno y la “oposición”- claro está, pero justamente por eso (y no a pesar de) adquiere mayor relevancia el planteo y la concreción del Frente. Significa que estamos ante una izquierda que no se achica ante los desafíos y que entiende que debe privilegiar los intereses del conjunto de los trabajadores sobre las diferencias particulares. Sería verdaderamente lamentable que los que asumen la tarea de defender y organizar a la población mayoritaria que vive de su trabajo no atienen a responder en conjunto frente a una imposición prescriptiva estatal.
Este hecho ya debería alcanzar para demostrar que estamos ante una izquierda con un planteo claro y concreto (ver la plataforma) frente a planteos testimoniales y sin un horizonte definido (como la del MAS o el mismo Zamora).
Pero esta característica no se limita al “mundillo de la izquierda» sino que cubre a todas las expresiones tanto oficialistas como opositoras. Si uno dedica minutos de su tiempo a leer los materiales de campaña no encontrará nada concreto en ninguna propuesta. Todos dicen cosas que suenan bien, todos protegerán y mejorarán la salud y la educación públicas, todos construirán viviendas sociales, subtes, harán fluido el tránsito, limpiarán el aire, alzarán niños y besarán bebés. Pero a la hora de las definiciones no puede percibirse nada concreto. No explican cómo financiarán las viviendas ni que harán con la Corporación del Sur cuya única función en administrar las tierras destinadas a la explotación inmobiliaria. En los debates todos los candidatos principales están de acuerdo en que los chicos deben ir a la escuela a estudiar sin importarles la sustancia del reclamo por los que toman sus colegios que es precisamente la imposibilidad concreta de estudiar en esas condiciones. En un debate televisivo el macrista Delich felicitaba al kirchnerista Forster por la decisión de reprimir el acampe de los docentes en Santa Cruz. No es de extrañar que entre ellos también compartan sueños y Meldorek ponga sus casas sobre las tierras de la Corporación. Este dato es un simple botón de muestra de la dirección compartida que hay en la Legislatura entre el oficialismo porteño y el nacional.
…y de los Trabajadores
Pero no se acaba ahí la cuestión. Este es un frente que plantea un programa de y para los trabajadores.
Quiero contar una experiencia que vi evolucionar cuando era muy joven –tenía entonces 15 años- y me permitió comprender muchas de las cuestiones políticas de las que estoy convencido. En el año 2000 Jorge Altamira logró ingresar a la Legislatura de la Ciudad. Más allá de la alegría lógica de todos los que nos sentíamos de izquierda no era raro pensar que su importancia era menor: finalmente era sólo uno contra cien. Sin embargo el tiempo se encargó de mostrarnos otra cosa. Ocurrió cuando los trabajadores del Subte comenzaron una campaña por una jornada laboral de 6 horas, acorde al a insalubridad del trabajo que realizan. La oposición de la derecha, del progresismo de Ibarra y de la burocracia sindical de la UTA fue brutal. Mientras los últimos amenazaban a los trabajadores debajo de la tierra con patotas los legisladores cocinaban –en sus despachos- el fin del por arriba.
Entonces, en esas condiciones, en esa situación, el bloque del PO invitó a una delegación de trabajadores a que elaborase el proyecto de ley que garantizara la satisfacción de sus necesidades. ¡Esto era una novedad absoluta! Porque claro, uno está acostumbrado a que la forma de que funcione la política es mediante la solemnidad de los despachos y de las palabras incomprensibles de las fórmulas legales y del plexo normativo de la Cámara. No importa que esas palabras encubran compra de voluntades, ventas de posiciones, contubernio y la perversión lisa y llana de la representatividad que cada diputado está investido por el voto popular.
La historia no termina ahí porque finalmente el proyecto se aprobó, pero el Jefe de Gobierno progresista de aquel entonces, Aníbal Ibarra, lo vetó. Entonces los trabajadores volvieron a parar la UTA volvió a mandar sus patotas, los trabajadores se organizaron, discutieron extrajeron conclusiones, se separaron del gremio armando el propio y triunfaron. En una época (la que precedió al a crisis del 2001) donde todos los trabajadores eran ajustados y perdían derechos un grupo pudo ganar mediante la organización y el debate. En todo esto la presencia de un diputado socialista en la Legislatura no es más que un elemento pero un elemento central. Entonces, mediante la acción y el apoyo de los trabajadores los que son menos dentro de un recinto legislativo se vuelven más. Porque se rompe la lógica de los despachos y las componendas para aparecer la de las calles y las necesidades concretas de la gente.
Esta es la importancia crucial que tiene la presencia de legisladores socialistas en los debates parlamentarios. El de permitir que la conciencia popular aparezca de un modo decisivo en los actos de gobierno y no como un escollo a salvar en textos confusos.
Algunas cosas más
Insisto (e insto) en que para profundizar y conocer estas ideas y planteos concretos (despojados de palabrerío) de los que hablo se tomen unos minutos para leer los materiales electorales. Pero una última definición es necesaria a la hora de afirmar que voto y llamo a votar al FIT: no voto a ningún otro.
No se limita mi idea del asunto exclusivamente a meter un legislador del Frente sino a definir una orientación política.
De Macri es poco lo que se pueda agregar. Conocemos el desmadre que ha provocado en el Teatro Colón, que tiene a toda su planta permanente contratada cada cierta cantidad de meses, que hace lo mismo es hospitales y escuelas, que ha subejecutado presupuesto en las áreas más sensibles. Vimos cómo los estudiantes tomaron las escuelas para conseguir un acuerdo y vemos ahora que ese acuerdo no se ha cumplido. Vemos que el Hospital Borda está hace más de 70 días sin gas y que, para colmo, ahora tampoco tiene electricidad. Vimos cómo ha crecido el negocio inmobiliario la Ciudad ha desalojado –e incluso matado- a los pobres que reclamaban un techo. Lo escuchamos hablar –por accidente- de su posición respecto al negocio de la prostitución relacionado con la trata y la esclavitud. Vimos también cómo ha fracasado en los temas de “gestión” que se suponía eran su fuerte. Pero las dobles manos de Santa Fe y de Pueyrredón hacen que las vueltas del centro sean un calvario cotidiano.
Pero quien plantea ser su opositor ideológico, el que sí puede, el que incluye a la Ciudad al proyecto popular contra el neoliberalismo y los 90s también está en problemas. Él mismo fue un funcionario noventista corredactando la resistida Ley Federal de Educación menemista y promoviendo las escuelas shopping con Grosso. Su vice no se queda atrás o, probablemente, vaya por delante. Se trata de quien ha sido grabado en una conversación con Pedraza –instigador del crimen de Mariano Ferreyra- hablando acerca del control del tema de la tercerizaciones. Se trata de quien reprimió a los docentes santacruceños quienes vinieron a reclamar por un salario acorde al costo de vida del sur. ¿Con qué cara estos candidatos hablan de mejorar la calidad educativa y salarial de los docentes? ¿Cómo pueden hablar de la defensa de los trabajadores porteños? El día de hoy Tomada salió a descartar la reapertura de paritarias… ¿Parece ser esto una oposición realista al macrismo?
También está quien llama a ser algo distinto de ambos, a pelear contra “el maltrato de los dos gobiernos”. Pero olvida que su propia lista está integrada por ex referentes del gobierno nacional y del ibarrismo. Hace unos párrafos relataba la importancia de contar con un legislador independiente de las políticas de estos dos oficialismos. Ahora me pregunto ¿por qué si Proyecto Sur constituye la primera minoría las aguas de la Legislatura permanecen tan quietas? ¿Por qué no hay iniciativas acerca de la situación del Borda o de los trabajadores del Colón? Solanas se sumó al coro de los que dijeron que las tomas de colegio eran “un caos”, es decir que no se preocupó por pensar el orden (entendiendo como tal buenas condiciones de estudio) dentro de cada colegio. Hay que mencionar que su experiencia novelesca con el progresismo del Partido Socialista, como mínimo lo colocan en una situación de vulnerabilidad en el sentido político, es decir, de un proyecto que no sabe bien cómo constituirse.
Podría hablar del resto, pero haría el texto demasiado largo y no tendría sentido. Resta mencionar, por último, a otro personaje que es bien visto con buenos ojos por una porción pequeña del electorado izquierdista que no quiere comprometerse con un voto partidaria tradicional (por denominarlo de algún modo). Me refiero a Luis Zamora. Zamora ha tenido la oportunidad de meter, en alguna elección 12 diputados. Pocos meses después se habían separado en 8 grupos distintos. Como en los bienes materiales semejante destrucción tiene que hablar de la calidad de los materiales empleados. Sin una claridad política no se puede pretender la homogeneización de un bloque parlamentario. Luego de esa experiencia Zamora se recluyó por unos años para reaparecer ahora. “Vuelve” titularon los diarios. Personalmente prefiero una representación de los que nunca se fueron.
Sucintamente, están son las principales razones que me llevan a ver en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores la mejor alternativa en estas elecciones, una expresión un canal unitario donde el conjunto de los trabajadores del país podrá fortalecer su reclamo por salud, educación, salario y un nivel de vida digno. Espero que tras estas elecciones los que vivimos de nuestro trabajo estemos en una mejor posición política respecto a los que viven (de nosotros) sin trabajar.
Hola, buen día.
El frente MAS-PO en el 85, se rompió por desición unilateral de este último, (por especulación de números), que «armó» con el PC, el llamado «Frepu».
Es decir, si referenciamos la historia reciente, tratemos de ser mas completos.
Muchas gracias!!
Por cierto… los que quieran ver la plataforma que cita el texto, pasen por acá: http://bit.ly/qHy8bg
Pequeña aclaración. No es la primera vez que la izquierda va como frente. En el 2007 también lo hubo. No estaba el PO, pero sí el MAS. Ahora es al revés.
Debe haber un error de redacción porque dice: por primera vez y después de muchos años (?).