A raíz de la respuesta de Enrique Vázquez a Jorge Lanata, en la que Vázquez me menciona de manera insultante, he decidido volver a publicar la información recopilada de la época en que trabajaba como secretario de redacción de la revista SOMOS, el medio de comunicación creado durante la dictadura, que más fielmente siguió la ideología del proceso. Cuando fue designado por el gobierno de Néstor Kirchner como subdirector de programación de Radio Nacional -cargo del que fue removido tiempo mas tarde- escribí este editorial que difundí en Radio Cooperativa. Aquí algunas de las notas que sirven para trazar un perfil de su autor, por lo menos, antes de su transformación ideológica.
Recientemente, en Radio Nacional, hubieron cambios que sorprenden. Enrique Vázquez el nuevo subdirector a cargo de la programación de Radio Nacional, pudo haber sido designado por un gobierno militar pero no por un gobierno que impulsa el juzgamiento de quienes cometieron crímenes durante la dictadura. Mientras la Presidente de la Nación aparece junto a Fidel Castro , Evo Morales Y Hugo Chávez, Enrique Vázquez decide autoritariamente la programación de la radio más importante de la Argentina. Nuestra radio, la que llega hasta el último rincón de nuestro país. Vázquez, el mismo que el 25 de abril de 1980, después de haber sido echado de Cuba, a su regreso, desde editorial Atlántida narrando el hecho decía: “Pero estoy seguro de que si de algo me sirvió la experiencia, es para reconocer cuándo, cómo y dónde puedo ser libre. Y disfrutar la libertad”. En plena dictadura mientras miles se ahogaban en las torturas, eran arrojados al mar o fusilados, mientras toda la sociedad estaba amenazada o maniatada, Enrique Vázquez respiraba libertad, ¿cómo hacía? Seguramente gozaba de la misma libertad que gozaban su amigo Nicolás Kasansew o Gómez Fuentes. Tal vez, yendo un poco más atrás, podamos encontrar la explicación. Ya en 1978, Vázquez, como secretario de redacción de la revista SOMOS -que por aquel entonces era el órgano oficial del Ejército Argentino- mostraba en la tapa, bajo el título “Un país que cambió”, al dictador Videla gritando eufórico los triunfos del mundial de fútbol. El 7 de septiembre de 1979, en ocasión de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en medio de una campaña desde la editorial que editaba SOMOS, Vázquez reporteando al ex Secretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos, William Roger, preguntó, entre otras cosas: «¿Cómo explica usted la evidente ambigüedad de la administración Carter al impartir su justicia en materia de derechos humanos? ¿Por qué castiga a países periféricos, sin mayor peso político o económico, mientras otorga una amplia amnistía a otros países que sí violan los derechos humanos pero tienen una respetable gravitación ideológica en el resto del mundo?» Luego preguntó: «¿Entonces por qué se cortaron los vínculos militares y comerciales con la Argentina mientras Mondale viaja a Pekín para estrechar lazos con el gobierno de Hua Kuo-feng?».
Antes aún, en 1978, nuevamente hace un insólito reportaje al General Pinochet ya que, como el propio Vázquez comenta en la nota, Pinochet no había dado por ese entonces reportajes a nadie. El amigo Enrique, sin embargo, movió sus contactos y Pinochet lo recibió con una sonrisa como puede observarse en la foto del reportaje en la que ambos estrechan sus manos.
Demás está decir que Vázquez no usó para Pinochet el mismo tono que para Rogers, y el dictador termina pareciéndose a Ghandi.
Vázquez hizo notas firmadas y no firmadas en SOMOS. Entre las más notables figuran varias en las que alaba a los gobiernos dictatoriales de El Salvador y Guatemala, habla en contra del Sandinismo y se enoja con la República del Brasil porque reconoce a la OLP como legítima representante del pueblo palestino, para Vázquez asesinos terroristas.
Acerca de El Salvador, el 18 de enero de 1980 en SOMOS, alude al obispo Romero y dice Vázquez: “Desde su púlpito desde la Catedral tomada , el Arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, exhortó el domingo pasado a cumplir las promesas hechas cuando se tomó el poder, Y a nuestra oligarquía,- Dijo monseñor Romero- le aconsejó quitarse los anillos a tiempo, para que después no les corten las manos. Como si la única opción ante el terrorismo fuera ceder siempre ante sus pretensiones”. Tiempo después, el obispo era asesinado en ese mismo púlpito por fuerzas militares gubernamentales.
De Colombia decía Vázquez en otra nota del número 181 de marzo de 1980: “Los cuadros del m19 suelen incorporar en calidad de instructores a veteranos de la guerrilla urbana de Argentina y Uruguay: concretamente montoneros y tupamaros que figuran en las listas de desaparecidos en su país de origen”.
En la edición 102 del 1 de septiembre de 1978, Vázquez increpa al dictador Anastasio Somoza: «A usted se lo tenía hasta la semana pasada como un ‘duro’ , dispuesto a terminar de raiz con cualquier intento subversivo. Sin embargo , se inclinó ante las demandas del Frente Sandinista cuando tomaron el Palacio Nacional. ¿Por qué lo hizo?»
Quiero aclarar que pienso que una cosa es trabajar en un medio con el que no necesariamente uno comulga ideológicamente, y otra muy distinta es ser parte de los que marcan la línea del mismo: eso no se hace por obligación, sino por convicción. Obviamente Enrique no estaba escribiendo notas para ganarse un sueldo, como Secretario de Redacción formaba parte del diseño político de la revista emblemática de la dictadura. También fue colaborador, en todos los sentidos de la palabra, de la revista del asesino Massera, Cambio, que como todos sabíamos se editaba utilizando a algunos de los detenidos en la Escuela de Mecánica de la Armada a quienes se les pagaba con un sencillo canje: o colaboraban o los mataban. Vázquez, en cambio, cobraba por cada nota en efectivo ya que, como él mismo decía, por aquel entonces respiraba aires de libertad. En septiembre de 1982 desde la revista HUMOR defendió al general Flouret, quien fue uno de los que encabezaron la represión en la provincia de Tucumán y lo llamó “uno de los pocos militares democráticos con que contaba el Ejército Argentino”. Realmente no sé cómo hacía Vázquez para distinguir entre unos y otros. Tiempo después, desde la revista HUMOR, pareció revindicarse al publicar notas acusando a distintos militares y represores -si uno observa con atención notará que la información del periodista era mucho más detallada y precisa de lo que cualquier organismo de Derechos Humanos poseía en aquel entonces, era obviamente información interna-.
Algunos militares fueron acusados y otros, entre quienes seguramente estaban los que suministraban la información, salieron silbando bajito por la puerta de atrás. La posible explicación es que Vázquez con o sin su conocimiento ayudó al plan de un sector de los militares del proceso para prepararse para la democracia y salir indemnes.
Ellos sabían que la sociedad quería justicia y que los responsables de tantas muertes fueran identificados y presos.
Rápidamente, los mas lúcidos diseñaron un plan. Este consistió en ir entregando a la prensa información sobre las bandas armadas que antes colaboraron con ellos pero que no pertenecían directamente a sus fuerzas, en general civiles o policías pertenecientes a la Triple A, o a la famosa banda de Aníbal Gordon.
Esto no alcanzó y tuvieron luego que entregar a algunos de los propios.
En este proceso de denuncias manejadas por los servicios de inteligencia del régimen en retirada, Vázquez ganó un gran prestigio y se relacionó con madres de desaparecidos e inclusive llegó a pertenecer a organismos de Derechos Humanos.
Es decir, recomendado por Bernardo Neustadt en 1977 para que Vigil lo tome para la revista diseñada para lavar la cara del régimen y hacer su apología –SOMOS– termina luego de un largo periplo , inexplicablemente, aclamado como luchador por los Derechos Humanos.
Una vez devenido en radical alfonsinista, apenas comenzada la democracia desde la editorial Perfil, atacó a quienes hacíamos la revista El Porteño de ultra izquierdistas, marginales y desquiciados. Por aquel entonces, la incertidumbre, antes aún de los sucesos de Semana Santa, era enorme y se temía otro golpe militar. Sin embargo Vázquez, con un lenguaje propio del discurso de la dictadura nos acusó públicamente. ¿Qué hubiese pasado con nosotros -ultra izquierdistas, según Vázquez- con otro golpe? Vázquez, simplemente porque disentíamos con la política cultural radical, nos botoneó. Decíamos en ese momento desde un editorial de El Porteño: “No es posible radiar de la política argentina a los militares, usando su mismo discurso. Es más, es difícil no estar a su servicio empleando su mismo lenguaje”.
Hace tiempo, en ocasión de publicarse el libro escrito por Claudio Díaz, “La prensa Canalla”; su editor -el después prófugo de la justicia, Varela Cid-, por sugerencia de su abogado, Alberto Fernández y a pedido de Vázquez, suprimió a último momento, toda la información que lo involucraba con SOMOS y hablaba de su pasado.
Ahora es quien maneja Radio Nacional.
Lo primero que hizo el nuevo subdirector en funciones de nuestra Radio fue levantar toda la programación y en marzo dió a conocer la nueva, él solito. Primero intentó sacar al compañero Jorge Rulli, un viejo militante que denuncia desde Radio Nacional a las trasnacionales de la soja, a los grandes pulls de siembra, etcétera.
La movilización de la gente hizo que Vázquez reculara y reinstaló a Rulli en su programa. Y para afianzar su sentido de la ética y la imparcialidad de sus decisiones se puso a sí mismo en el mejor horario de la mañana en esa radio a conducir un programa. Su manera de actuar no parece haber cambiado mucho. No conozco las razones por las que el gobierno cubano le negó la entrada a Enrique Vázquez, supongo que jamás lo sabremos, pero están disponibles los comentarios que el periodista realizó después del suceso y que marcan un fuerte tono ideológico en comunidad con el pensamiento militar de la época. De todos modos, quien puso a Vázquez a dirigir hoy Radio Nacional debiera preguntarse ¿quiénes eran los únicos que podían disfrutar de la libertad durante la dictadura?
EXTRAS, algunos datos más de notas hechas y firmadas por Vázquez y alguna nota de la redacción
de «Somos», de la que Vázquez era parte relevante.
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Hola Gabriel!
Gracias por publicar ésta recopilación sobre Enrique Vazquez. Ignoraba mucho de la información que figura en el artículo, de Vazquez sólo conozco su actividad en Humor y posteriormente en los 90, lo escuchaba en un programa de radio, no recuerdo cómo se llamaba ni tampoco en cuál radio se emitía, pero se transmitía temprano en la mañana, de lunes a viernes. Y lo escuchaba porque mi pareja, ya fallecido, había regresado de su exilio en Suecia y consideraba oportuno escuchar «todas las voces», pero sentìa desagrado por Vazquez por pura intuición, no «me cerraba»…y no me equivocaba. A la fecha, estoy más actualizada sobre su postura reaccionaria, pero desconocía su faceta pro milico, pero siempre hubo algo en él «que me hacía ruido». Pero, veamos el lado «positivo», es mejor «conocer» al enemigo…digo…Se te extraña Gabriel. Un abrazo! Viviana de Villa Luro.-