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Estado de bienestar para todos

Por Cristian Guimera (@Cristiang10 )

El modelo económico del kirchnerismo apuesta a la reactivación de las recetas keynesianas: estímulo al consumo y a la producción. Un plan que incluso EE.UU. impulsó en tiempos de crisis.

El plan “LCD para todos” que lanzó el gobierno nacional, no forma parte de un simple slogan con el que se intenta seducir a los argentinos, se trata más bien de una política económica basada en las ideas de John Maynard Keynes y está direccionada a incentivar el consumo para lograr un aumento en la inversión. Este modelo, al cual muchas veces se refiere Cristina Fernández, se basa en una fuerte intervención estatal en la economía.

El programa de compra de televisores LCD que se estableció en 2.700 pesos, financiado a 60 meses, con un acuerdo con el Banco Nación, por el que se acreditan los subsidios y los haberes nacionales, coincide con el plan de adquisición de heladeras que fijó el Gobierno en 2008 y con los créditos subsidiados para comprar bicicletas nuevas en 2009. Todos estos con un objetivo común: incrementar el consumo.

Hace tres años atrás, cuando los países más desarrollados sufrieron fuertes caídas en sus economías por la crisis bursátil, Argentina quedó bien parada ante esto por la aplicación de las ideas keynesianas, que también aplicó Perón en su presidencia y que además aplicó el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt entre 1933 y 1938, cuando Norteamérica atravesaba una fuerte crisis económica.

El objetivo que persiguen estos planes de financiación y compra, que estimula la gestión kirchnerista, como así también los distintos feriados largos, es generar un alto consumo para que éste atraiga más inversión y así se generen nuevos puestos de trabajo. Otro eje central de esta política económica keynesiana, también llevada a la práctica por el Gobierno, es el gasto público, para absorber al sector que queda fuera del mercado laboral privado.

Después del enfrentamiento ideológico entre capitalismo y comunismo en el siglo XX durante la Guerra Fría, en esta nueva etapa, el debate entre la mayoría de los países, se da por el intervencionismo o neoliberalismo. Por el primero no solo se inclinó nuestro país sino también Barack Obama, que en su momento apostó al estatismo de algunas empresas bancarias y automotrices para poder salir de la crisis originada en 2008 y además propinó medidas de obras públicas.

A diferencia de los ’90, cuando el crecimiento económico que se dio favorecía solamente al sector empresarial a corto plazo, este modelo está apuntado a un desarrollo económico dirigido a la distribución del ingreso y a políticas de inversión y empleo. El desafío del Gobierno, en caso de un triunfo kirchnerista en octubre, será la de seguir profundizando estás políticas económicas y continuar propiciando un Estado de bienestar para todos.

 

Comments

  1. keynes? says:

    Y si no nos gusta el periodista del monopolio:

    http://rigofa2011.blogdiario.com/1305034001/

  2. keynes? says:

    El éxito de cualquier política keynessiana depende de la calidad de intervención del Estado. La inflación + primarización de exportaciones parecieran desmentir que esté funcionando lo que vos mencionás. Debido al problema de la ‘calidad de intervención’ es que una buena política económica no depende más solamente de la pol. monetaria o crediticia, sino también de otras cuestiones como las instituciones, su confiabilidad, eficiencia, reglas de juego. El sistema político en cada una de sus instancias. Si el kirchnerismo sigue separando gestión de política y política de economía, la inflación y la primarización seguirán galopando: http://weblogs.clarin.com/economia21/2011/03/03/

  3. Marcelo Mariani says:

    No entiendo mucho de economía, pero me parece q Keynes fomentó la producción nacional, los LCD son un ejemplo claro del, para mí, verso. La producción nacional llega aduras penas a 13000 equipos mensuales (Total, o sea todos los modelos. Datos de la Cámara pertinente). Se compromete a entregar 200.000 equipos hasta Agoto, obvio negocio para la industria china y los importadores. EASY, SODIMAC, y las ferreterías barriales, están repletos de artículos importados, las industrias q andan bien son multinacionales (automotrices por ejemplo), la q se llevan del país las multinacionales equivale a lo q entra por comercio exterior. Es tonto pensar en tiempos cortos, inmediatos, pero 8 años y medidas como lo de los televisores, siembran dudas. Hoy hay determinado tipo de trabajo q es una verguenza. ¿Sabés cuanto gana el personal de maestranza en general?¿El obrero textil?¿Los albañiles?, te hace dudar si conviene trabajar o suscribirse a un plan, probablemente a traves de los planes accedas a trabajo y a vivienda digna, y trabajando dignamente no accedas a nada.

  4. Sofia says:

    El «keynesianismo» tiene limites muy claros en cuanto que enfrenta a los Estados a traves de los intentos de mantener sus economias internas en crecimiento, y las pujas comerciales que ello genera. Ademas que en un contexto de crisis economica a escala global, un golpe o caida de cualquer economia repercute seriamente en el estado de bien estar. Ni que hablar de una caida posible del precio de las materias primas o el aumento aun mayor de la inflacion

  5. –«Recetas viejas para pocos»– Algunos comentarios

    En particular (o yendo al detalle de los planes «para todos»):
    Para empezar “LCD para todos” ni siquiera está lanzado todavía como plan -de todas formas ahí anotan otro poroto mediático, primero trascendidos, y luego el (o varios) lanzamiento(s). En esos trascendidos oficiales se informa un precio de un 10 a 20% inferior al de mercado, no más. De repente, Argentina se convierte en un pequeño país… de otra forma no me explico como se le puede llamar «para todos» a un plan que las fuentes oficiales relatan que sería de sólo 150.000 televisores hasta fin de año (la primer idea era que se venda como gancho por la Copa América, pero queda poco tiempo para aquella).
    Tratándose de una compra financiada, no sólo hay que considerar lo que se vende mediáticamente como «precio de venta», sino la tasa de interés (se dice que será del 15% anual) y el precio total. Desde ya que con los niveles de inflación existentes, tanto para consumidor como para los empresarios, «es una ganga». Pero alguien lo paga.
    El encargado de la financiación es el Banco Nación. El banco oficial por lo tanto pagará al contado a las empresas por precios muy levemente inferiores a los del mercado, los cuales son más que compensados por el enorme volumen de la operación, su caracter directo, la publicidad gratis extra; en definitiva un negocio redondo.
    No hay dudas de que así se subsidia la demanda (un mecanismo que aplaude hasta Carrió). Tampoco de que así se subsidia la ganancia capitalista en altos porcentajes, dado que quien paga los costos es el Banco Nación, es decir… todos los argentinos.
    También dicen las fuentes oficiales que los beneficiarios de la A»U»H (léase los padres de los niños) podrán comparar una TV con ese dinero, descontándose automáticamente los pagos mensuales. Seguramente todo el mundo o casi todo el mundo desea tener una buena TV, pero que la A»U»H termine como un instrumento de operaciones de este tipo resulta bastante pérfido de sus -supuestos- propósitos de combate a la pobreza (indigencia más bien y ni siquiera, hasta el encuestólogo oficial Artemio López y la «CTA Yasky» admiten lo poco que significa) y educativos.
    Por último, la primera información que se ha difundido respecto a este posible plan, es que el revolucionario Moreno quitó trabas a las importaciones para el sector. Secundariamente, su plan es recurrir al ensamblado en Tierra del Fuego -ensamblado con la absoluta mayoría de componentes importados, además de contar con excenciones impositivas en TdF. Lo que se llama un Plan Ganancias para Todos los Capitalistas HighProfits Full.
    – – –
    Los planes anteriores que se mencionan han sido un saludo a la bandera. En el de heladeras se hablaba de «dos millones de heladeras», pero apenas vendidas un par de miles, desaparecieron de los negocios, luego su precio subió pero ni así se llegó a vender ni la mínima parte de lo propagandizado (pueden ver por ejemplo un informe de Luciana Geuna con esa y otras «promesas incumplidas» en http://youtu.be/TToYbjYIB10). Por no hablar de la «carne para todos» que abarca un 0,15% del mercado, o cuando para la campña presidencial pasada anunciaron unos créditos hipotecarios, que luego trascendió mediante Wikileaks lo que era obvio -en palabras del banquero «nacional y popular» Brito, “El gobierno lo único que quiere es el título en los diarios para las elecciones”.
    Esos planes no han servido para «incrementar el consumo» (para lo cual sería necesario un aumento del poder adquisitivo de las masas populares, algo que los estudios OFICIALISTAS de la «CTA Yasky» o el CENDA de Kicillof, niegan rotundamente; por otro lado, hay sectores que viven un «boom del consumo» basado precisamente en el ‘abuso’ de la financiación, es decir, con un importante alza en el endeudamiento privado) sino para «incrementar la propaganda».

    – – – – –
    En general (o yendo a lo más estratégico o ‘teórico’):
    Que el Estado intervenga o no son dos variantes políticas para nada excluyentes, no son modelos políticos realmente contrapuestos (ni squiera en su marco capitalista). Lo mismo sucede con el supuesto duelo «proteccionismo vs. librecambio»: se trata de variantes, tácticas, ante momentos distintos y necesidades distintas de los «grupos económicos», como está de moda decir (moda que excluye el hecho de que la mayoría de ellos apuestan al kirchnerismo), o de los grandes capitales -como prefiero decir. El Estado nunca deja de intervenir incluso cuando dice que no interviene, como sucede cuando en pos de ese «liberalismo» se quiere prohibir la organización sindical… pero no la intervención del Estado con sus diversas fuerzas (desde la mediática hasta la policial -en sus variantes con armas de fuego, palitos de abollar ideologías o zonas liberadas) para reprimir aquella. «Yanquis sí, marxistas no» titulaba hace casi 2 años el extinto diario Crítica, desatada una brutal represión a los trabajadores de Kraft.
    – – –
    La referencia a Franklin D. Roosevelt es directamente una referencia mitológica. No fue la aplicación de ciertas «ideas» lo que sacó a EEUU de la crisis del ’29 sino el lugar económicamente privilegiado que ocupó en la guerra: «En 1941, la cantidad de desempleados todavía era de 6 millones, y no fue sino hasta 1943, en plena guerra, que finalmente desapareció el ejército de desempleados” (La Reconstrucción de Roosevelt, en Pablo Pozzi, “Una polémica historiográfica. El New Deal : ¿Una solución eficaz para la Gran Depresión?”, Fabio Nigra y Pablo Pozzi, comps., Huellas imperiales. Estados Unidos de la crisis de acumulación a la globalización capitalista (1930-2000), Buenos Aires, Editorial Imago Mundi, 2003, pág. 108).
    – – –
    Si ser estatista e intervencionista (y nacional y popular, no?) es hacer esas cosas que contás de Obama, entonces nuestro gran héroe patriótico y prócer es ni más ni menos que don Domingo F… Cavallo. El señor que como funcionario de la última dictadura estatizó deuda de empresas. Y como buenos fieles nacionales y populares, el gobierno kirchnerista se apresta a pagar hasta la última parte de esa deuda de la dictadura, con el arreglo en ciernes con el Club de París. Comentario al margen: Cristina Kirchner dijo que si había que denunciar aquella deuda por fraudulenta, habría que haberlo hecho en el gobierno de Alfonsín, ahora ya está, son «derechos adquiridos». Sin entrar en la discusión de que la deuda de la democracia burguesa es tan fraudulenta como aquella otra, su planteo siempre me viene a la mente porque es ni más ni menos el mismo planteo de su ex socio Clarín: sus intereses y contratos son «derechos adquiridos» que no se pueden vulnerar por una ley.
    Nuevamente, estudios oficiales e incluso notas en Página/12 desmienten que el crecimiento económico vaya en mayor parte para los trabajadores; por el contrario, revelan que la rentabilidad capitalista duplica y triplica la de los 90s y que los salarios están por debajo de los de hace 10 años.
    La brecha se sigue agrandando: http://twitpic.com/4wg8b7
    – – –
    En estos comentarios he dado algunas explicaciones sobre las implicancias de estatismo e intervencionismo en diversas circunstancias. Algunos equiparan estatismo a socialismo -equiparan así, en verdad, su pobre comprensión y concepción de lo que es el socialismo desde Marx en adelante. El socialismo es liquidar al Estado capitalista, destruirlo, no poner un gerente y luego otro y así. Es la democracia de base, no la burocracia y el matonaje. Es la independencia política de la clase trabajadora y los sectores populares respecto a patrones y sus representantes políticos.
    En ese camino transita el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

  6. -«Recetas viejas para pocos»- Algunos comentarios.

    En particular (o yendo al detalle de los planes «para todos»):
    Para empezar “LCD para todos” ni siquiera está lanzado todavía como plan -de todas formas ahí anotan otro poroto mediático, primero trascendidos, y luego el (o varios) lanzamiento(s). En esos trascendidos oficiales se informa un precio de un 10 a 20% inferior al de mercado, no más. De repente, Argentina se convierte en un pequeño país… de otra forma no me explico como se le puede llamar «para todos» a un plan que las fuentes oficiales relatan que sería de sólo 150.000 televisores hasta fin de año (la primer idea era que se venda como gancho por la Copa América, pero queda poco tiempo para aquella).
    Tratándose de una compra financiada, no sólo hay que considerar lo que se vende mediáticamente como «precio de venta», sino la tasa de interés (se dice que será del 15% anual) y el precio total. Desde ya que con los niveles de inflación existentes, tanto para consumidor como para los empresarios, «es una ganga». Pero alguien lo paga.
    El encargado de la financiación es el Banco Nación. El banco oficial por lo tanto pagará al contado a las empresas por precios muy levemente inferiores a los del mercado, los cuales son más que compensados por el enorme volumen de la operación, su caracter directo, la publicidad gratis extra; en definitiva un negocio redondo.
    No hay dudas de que así se subsidia la demanda (un mecanismo que aplaude hasta Carrió). Tampoco de que así se subsidia la ganancia capitalista en altos porcentajes, dado que quien paga los costos es el Banco Nación, es decir… todos los argentinos.
    También dicen las fuentes oficiales que los beneficiarios de la A»U»H (léase los padres de los niños) podrán comparar una TV con ese dinero, descontándose automáticamente los pagos mensuales. Seguramente todo el mundo o casi todo el mundo desea tener una buena TV, pero que la A»U»H termine como un instrumento de operaciones de este tipo resulta bastante pérfido de sus -supuestos- propósitos de combate a la pobreza (indigencia más bien y ni siquiera, hasta el encuestólogo oficial Artemio López y la «CTA Yasky» admiten lo poco que significa) y educativos.
    Por último, la primera información que se ha difundido respecto a este posible plan, es que el revolucionario Moreno quitó trabas a las importaciones para el sector. Secundariamente, su plan es recurrir al ensamblado en Tierra del Fuego -ensamblado con la absoluta mayoría de componentes importados, además de contar con excenciones impositivas en TdF. Lo que se llama un Plan Ganancias para Todos los Capitalistas HighProfits Full.
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    Los planes anteriores que se mencionan han sido un saludo a la bandera. En el de heladeras se hablaba de «dos millones de heladeras», pero apenas vendidas un par de miles, desaparecieron de los negocios, luego su precio subió pero ni así se llegó a vender ni la mínima parte de lo propagandizado (pueden ver por ejemplo un informe de Luciana Geuna con esa y otras «promesas incumplidas» en http://youtu.be/TToYbjYIB10). Por no hablar de la «carne para todos» que abarca un 0,15% del mercado, o cuando para la campña presidencial pasada anunciaron unos créditos hipotecarios, que luego trascendió mediante Wikileaks lo que era obvio -en palabras del banquero «nacional y popular» Brito, “El gobierno lo único que quiere es el título en los diarios para las elecciones”.
    Esos planes no han servido para «incrementar el consumo» (para lo cual sería necesario un aumento del poder adquisitivo de las masas populares, algo que los estudios OFICIALISTAS de la «CTA Yasky» o el CENDA de Kicillof, niegan rotundamente; por otro lado, hay sectores que viven un «boom del consumo» basado precisamente en el ‘abuso’ de la financiación, es decir, con un importante alza en el endeudamiento privado) sino para «incrementar la propaganda».

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    En general (o yendo a lo más estratégico o ‘teórico’):
    Que el Estado intervenga o no son dos variantes políticas para nada excluyentes, no son modelos políticos realmente contrapuestos (ni squiera en su marco capitalista). Lo mismo sucede con el supuesto duelo «proteccionismo vs. librecambio»: se trata de variantes, tácticas, ante momentos distintos y necesidades distintas de los «grupos económicos», como está de moda decir (moda que excluye el hecho de que la mayoría de ellos apuestan al kirchnerismo), o de los grandes capitales -como prefiero decir. El Estado nunca deja de intervenir incluso cuando dice que no interviene, como sucede cuando en pos de ese «liberalismo» se quiere prohibir la organización sindical… pero no la intervención del Estado con sus diversas fuerzas (desde la mediática hasta la policial -en sus variantes con armas de fuego, palitos de abollar ideologías o zonas liberadas) para reprimir aquella. «Yanquis sí, marxistas no» titulaba hace casi 2 años el extinto diario Crítica, desatada una brutal represión a los trabajadores de Kraft.
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    La referencia a Franklin D. Roosevelt es directamente una referencia mitológica. No fue la aplicación de ciertas «ideas» lo que sacó a EEUU de la crisis del ’29 sino el lugar económicamente privilegiado que ocupó en la guerra: «En 1941, la cantidad de desempleados todavía era de 6 millones, y no fue sino hasta 1943, en plena guerra, que finalmente desapareció el ejército de desempleados” (La Reconstrucción de Roosevelt, en Pablo Pozzi, “Una polémica historiográfica. El New Deal : ¿Una solución eficaz para la Gran Depresión?”, Fabio Nigra y Pablo Pozzi, comps., Huellas imperiales. Estados Unidos de la crisis de acumulación a la globalización capitalista (1930-2000), Buenos Aires, Editorial Imago Mundi, 2003, pág. 108).
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    Si ser estatista e intervencionista (y nacional y popular, no?) es hacer esas cosas que contás de Obama, entonces nuestro gran héroe patriótico y prócer es ni más ni menos que don Domingo F… Cavallo. El señor que como funcionario de la última dictadura estatizó deuda de empresas. Y como buenos fieles nacionales y populares, el gobierno kirchnerista se apresta a pagar hasta la última parte de esa deuda de la dictadura, con el arreglo en ciernes con el Club de París. Comentario al margen: Cristina Kirchner dijo que si había que denunciar aquella deuda por fraudulenta, habría que haberlo hecho en el gobierno de Alfonsín, ahora ya está, son «derechos adquiridos». Sin entrar en la discusión de que la deuda de la democracia burguesa es tan fraudulenta como aquella otra, su planteo siempre me viene a la mente porque es ni más ni menos el mismo planteo de su ex socio Clarín: sus intereses y contratos son «derechos adquiridos» que no se pueden vulnerar por una ley.
    Nuevamente, estudios oficiales e incluso notas en Página/12 desmienten que el crecimiento económico vaya en mayor parte para los trabajadores; por el contrario, revelan que la rentabilidad capitalista duplica y triplica la de los 90s y que los salarios están por debajo de los de hace 10 años.
    La brecha se sigue agrandando: http://twitpic.com/4wg8b7
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    En estos comentarios he dado algunas explicaciones sobre las implicancias de estatismo e intervencionismo en diversas circunstancias. Algunos equiparan estatismo a socialismo -equiparan así, en verdad, su pobre comprensión y concepción de lo que es el socialismo desde Marx en adelante. El socialismo es liquidar al Estado capitalista, destruirlo, no poner un gerente y luego otro y así. Es la democracia de base, no la burocracia y el matonaje. Es la independencia política de la clase trabajadora y los sectores populares respecto a patrones y sus representantes políticos.
    En ese camino transita el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

  7. Cristian says:

    Alejandro ¿cuál es tu fuente que las inversiones fluyen a Brasil?
    Inversión en Argentina (un ejemplo de tantos)
    http://www.ieco.clarin.com/empresas/expandirse-HSBC-invertira-millones_0_500350049.html

  8. Alejandro says:

    Y entonces, si todo eso es cierto, si Cris es taaaaan keynesiana ¿por qué el nivel de inversión está estancado?¿por qué las inversiones fluyen hacia Brasil?¿por qué no sigue sin haber crédito para lo importante, como comprar una casa con mi sueldo? La nota es pobrísima, esperaba más con ese título.

  9. Julia says:

    Yo no coincido en nada con la nota. Lo de las heladeras y las bicicletas fue un fracaso. Lo de los televisores es una estafa, porque tienen un interés alto. Que una persona pague un televisor a 5 años, al cuadruple de su valor, no es algo progresivo. Si realmente quisiesen incentivar el consumo, tendríamos salarios acordes a la inflación. El capitalismo está en crisis y lo que quieren hacer es que la crisis la paguen los trabajadores, endeudándose en los supuestos momentos de auge, para cuando venga la crisis, cobrarnos.

  10. «Recetas viejas para pocos»

    Algunos comentarios.

    En particular (o yendo al detalle de los planes «para todos»):

    Para empezar “LCD para todos” ni siquiera está lanzado todavía como plan -de todas formas ahí anotan otro poroto mediático, primero trascendidos, y luego el (o varios) lanzamiento(s). En esos trascendidos oficiales se informa un precio de un 10 a 20% inferior al de mercado, no más. De repente, Argentina se convierte en un pequeño país… de otra forma no me explico como se le puede llamar «para todos» a un plan que las fuentes oficiales relatan que sería de sólo 150.000 televisores hasta fin de año (la primer idea era que se venda como gancho por la Copa América, pero queda poco tiempo para aquella).
    Tratándose de una compra financiada, no sólo hay que considerar lo que se vende mediáticamente como «precio de venta», sino la tasa de interés (se dice que será del 15% anual) y el precio total. Desde ya que con los niveles de inflación existentes, tanto para consumidor como para los empresarios, «es una ganga». Pero alguien lo paga.
    El encargado de la financiación es el Banco Nación. El banco oficial por lo tanto pagará al contado a las empresas por precios muy levemente inferiores a los del mercado, los cuales son más que compensados por el enorme volumen de la operación, su caracter directo, la publicidad gratis extra; en definitiva un negocio redondo.
    No hay dudas de que así se subsidia la demanda (un mecanismo que aplaude hasta Carrió). Tampoco de que así se subsidia la ganancia capitalista en altos porcentajes, dado que quien paga los costos es el Banco Nación, es decir… todos los argentinos.
    También dicen las fuentes oficiales que los beneficiarios de la A»U»H (léase los padres de los niños) podrán comparar una TV con ese dinero, descontándose automáticamente los pagos mensuales. Seguramente todo el mundo o casi todo el mundo desea tener una buena TV, pero que la A»U»H termine como un instrumento de operaciones de este tipo resulta bastante pérfido de sus -supuestos- propósitos de combate a la pobreza (indigencia más bien y ni siquiera, hasta el encuestólogo oficial Artemio López y la «CTA Yasky» admiten lo poco que significa) y educativos.
    Por último, la primera información que se ha difundido respecto a este posible plan, es que el revolucionario Moreno quitó trabas a las importaciones para el sector. Secundariamente, su plan es recurrir al ensamblado en Tierra del Fuego -ensamblado con la absoluta mayoría de componentes importados, además de contar con excenciones impositivas en TdF. Lo que se llama un Plan Ganancias para Todos los Capitalistas HighProfits Full.
    – – –
    Los planes anteriores que se mencionan han sido un saludo a la bandera. En el de heladeras se hablaba de «dos millones de heladeras», pero apenas vendidas un par de miles, desaparecieron de los negocios, luego su precio subió pero ni así se llegó a vender ni la mínima parte de lo propagandizado (pueden ver por ejemplo un informe de Luciana Geuna con esa y otras «promesas incumplidas» en http://youtu.be/TToYbjYIB10). Por no hablar de la «carne para todos» que abarca un 0,15% del mercado, o cuando para la campña presidencial pasada anunciaron unos créditos hipotecarios, que luego trascendió mediante Wikileaks lo que era obvio -en palabras del banquero «nacional y popular» Brito, “El gobierno lo único que quiere es el título en los diarios para las elecciones”.
    Esos planes no han servido para «incrementar el consumo» (para lo cual sería necesario un aumento del poder adquisitivo de las masas populares, algo que los estudios OFICIALISTAS de la «CTA Yasky» o el CENDA de Kicillof, niegan rotundamente; por otro lado, hay sectores que viven un «boom del consumo» basado precisamente en el ‘abuso’ de la financiación, es decir, con un importante alza en el endeudamiento privado) sino para «incrementar la propaganda».
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    En general (o yendo a lo más estratégico o ‘teórico’):

    Que el Estado intervenga o no son dos variantes políticas para nada excluyentes, no son modelos políticos realmente contrapuestos (ni squiera en su marco capitalista). Lo mismo sucede con el supuesto duelo «proteccionismo vs. librecambio»: se trata de variantes, tácticas, ante momentos distintos y necesidades distintas de los «grupos económicos», como está de moda decir (moda que excluye el hecho de que la mayoría de ellos apuestan al kirchnerismo), o de los grandes capitales -como prefiero decir. El Estado nunca deja de intervenir incluso cuando dice que no interviene, como sucede cuando en pos de ese «liberalismo» se quiere prohibir la organización sindical… pero no la intervención del Estado con sus diversas fuerzas (desde la mediática hasta la policial -en sus variantes con armas de fuego, palitos de abollar ideologías o zonas liberadas) para reprimir aquella. «Yanquis sí, marxistas no» titulaba hace casi 2 años el extinto diario Crítica, desatada una brutal represión a los trabajadores de Kraft.
    – – –
    La referencia a Franklin D. Roosevelt es directamente una referencia mitológica. No fue la aplicación de ciertas «ideas» lo que sacó a EEUU de la crisis del ’29 sino el lugar económicamente privilegiado que ocupó en la guerra: «En 1941, la cantidad de desempleados todavía era de 6 millones, y no fue sino hasta 1943, en plena guerra, que finalmente desapareció el ejército de desempleados” (La Reconstrucción de Roosevelt, en Pablo Pozzi, “Una polémica historiográfica. El New Deal : ¿Una solución eficaz para la Gran Depresión?”, Fabio Nigra y Pablo Pozzi, comps., Huellas imperiales. Estados Unidos de la crisis de acumulación a la globalización capitalista (1930-2000), Buenos Aires, Editorial Imago Mundi, 2003, pág. 108).
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    Si ser estatista e intervencionista (y nacional y popular, no?) es hacer esas cosas que contás de Obama, entonces nuestro gran héroe patriótico y prócer es ni más ni menos que don Domingo F… Cavallo. El señor que como funcionario de la última dictadura estatizó deuda de empresas. Y como buenos fieles nacionales y populares, el gobierno kirchnerista se apresta a pagar hasta la última parte de esa deuda de la dictadura, con el arreglo en ciernes con el Club de París. Comentario al margen: Cristina Kirchner dijo que si había que denunciar aquella deuda por fraudulenta, habría que haberlo hecho en el gobierno de Alfonsín, ahora ya está, son «derechos adquiridos». Sin entrar en la discusión de que la deuda de la democracia burguesa es tan fraudulenta como aquella otra, su planteo siempre me viene a la mente porque es ni más ni menos el mismo planteo de su ex socio Clarín: sus intereses y contratos son «derechos adquiridos» que no se pueden vulnerar por una ley.
    Nuevamente, estudios oficiales e incluso notas en Página/12 desmienten que el crecimiento económico vaya en mayor parte para los trabajadores; por el contrario, revelan que la rentabilidad capitalista duplica y triplica la de los 90s y que los salarios están por debajo de los de hace 10 años.
    La brecha se sigue agrandando: http://twitpic.com/4wg8b7
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    En estos comentarios he dado algunas explicaciones sobre las implicancias de estatismo e intervencionismo en diversas circunstancias. Algunos equiparan estatismo a socialismo -equiparan así, en verdad, su pobre comprensión y concepción de lo que es el socialismo desde Marx en adelante. El socialismo es liquidar al Estado capitalista, destruirlo, no poner un gerente y luego otro y así. Es la democracia de base, no la burocracia y el matonaje. Es la independencia política de la clase trabajadora y los sectores populares respecto a patrones y sus representantes políticos.
    En ese camino transita el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

  11. Julio Torrente says:

    me parecio bastante simplista la nota, el keynesianismo es tambien capitalista la supuesta redistribucion se da por la bonanza economica pero que va a pasar cuando el viento cambie de rumbo?no creo que los empresarios sean tan contemplativos y no van querer dejar de ganar lo que ganaban

  12. Sandra says:

    Buenas tardes! me resulta interesante el análisis que se propone en la nota….sólo que sería bueno considerar (más allá de los alcances reales o discursivos de la redistribución) que el mundo actual es muy diferente de aquel que inspiró a Keynes.

    De ahí que en este tiempo (cambio climático mediante, agotamiento y contaminación de gran parte de los llamados recursos naturales, etc) no se considera muy sostenible la expansión de la producción y el consumo. De hecho está cada vez más claro que el sistema de producción y consumo no puede crecer indefinidamente dado que nuestro planeta tiene un tamaño finito.

    Para ampliar el debate, recomiendo un video (La historia de las cosas) sobre el tema:
    http://www.youtube.com/watch?v=5BSmAmQ3SDM&feature=related