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Cortocircuitos en Berazategui

Por Marina Dragonetti

Luego de seis años, los vecinos de Berazategui continúan luchando para el traslado de la subestación Rigolleau. Miedo por su salud y pocas respuestas de las autoridades.

 

Los vecinos de Berazategui están enojados. Hace más de seis años resisten la instalación de la subestación eléctrica Rigolleau. La obra de EDESUR, que comenzó en 2005 durante la intendencia de Juan José Mussi, se gestó puertas adentro, sin consultas ni diálogo con la gente. Al comenzar los trabajos, los vecinos se anoticiaron de que algo extraño ocurría cerca de la fábrica de vidrio, ubicada entre la calle 12 y la 145. De ahí en adelante, se aglutinaron en la Asamblea de Autoconvocados por la Vida bajo la consigna: “No a la subestación”. Exigían instancias de diálogo con distintos entes gubernamentales para exponer su preocupación: las ondas electromagnéticas que emanarían de la subestación, pondrían en peligro la salud de habitantes de las inmediaciones de la obra. Como explica Daniela Vaquero, integrante de la asamblea: “Este reclamo lo estamos haciendo porque tenemos antecedentes de otras subestaciones, como la Sobral, en Ezpeleta, que es muy parecida a esta, donde hubo 135 muertos y 122 personas con tratamientos oncológicos.”

Ante esta realidad, los vecinos pedían el traslado de la subestación fuera del casco urbano. El reclamo fue tomado por el Juzgado Federal Nº 2 de La Plata, que ordenó en su momento la suspensión de la obra y la realización de estudios epidemológicos para comprobar si existía o no riesgo. La investigación realizada en la subestación de Sobral, estuvo a cargo de las facultades de Medicina e Ingeniería de La Plata y concluyó que no existía una relación causal entre los casos de cáncer y las radiaciones electromagnéticas. Sin embargo, en el mismo informe se destacaba que “el impedimento de realizar mediciones continuas dificulta la realización de un análisis integral del problema”. Horacio Barragán, médico que participó del estudio, explicó a plazademayo.com que si bien “existen estudios que encontraron una aparente relación entre las radiaciones electromagnéticas y la generación de tumores, sigue siendo un tema discutido”. Para poder comprobar los efectos a largo plazo sería necesario, según Barragán, realizar estudios de cohortes pero éstos “son complejos y muy costosos”. Por otra parte, las autoridades del ENRE aseguraron que los niveles de radiaciones electromagnéticas se encuentran dentro de los parámetros establecidos por la legislación argentina.

Para el biólogo Raúl Montenegro, sin embargo, “el valor de 25 microtesla, que establece la legislación Argentina, es un valor ambiental, no un estándar sanitario”. Tomando como referencia dos estudios multiepidemológicos emblemáticos -Greenland y Ahlbom-, Montenegro tomó un estándar precautorio mucho menor que el índice estipulado por nuestra ley y midió, en agosto de 2002, los campos magnéticos emanados por la subestación Sobral de Ezpeleta. Para el biólogo “estos estándares precautorios indican que cuando se supera el índice de 0,3 microtesla, aumenta la probabilidad de que hayan leucemias infantiles. Todas nuestras mediciones estaban por encima de ese valor”. A diferencia de Horacio Barragán y de la sentencia dictada por la justicia, Montenegro opina que en casos como este, debería primar el principio precautorio -que se traduce en la obligación de suspender o cancelar actividades que puedan significar un riesgo, hasta que no existan pruebas científicas fehacientes que manifiesten lo contrario-, ya que, por otra parte, es posible generar una alternativa de suministro energético que no implique tantos riesgos para la salud. “Lo que pasa es que cualquiera de estas medidas implica más dinero. Para evitar costos económicos, se prefiere que la gente enferme”, señala el biólogo.

 

Otras irregularidades

Según Daniela Vaquero, el ENRE “nunca se hizo presente para supervisar la obra. Lo hicimos por nuestra cuenta recopilando todo tipo de fotos y filmaciones que fueron presentadas a la Fiscalía”. Caños de gas mal empalmados y emparchados tras el zangeo; pozos por donde pasan los cables que no cumplirían con la normativa vigente, son algunas de las preocupaciones de los vecinos. Luis Barletta, vicepresidente del ENRE aseguró a plazademayo.com que “durante la construcción se ha mandado gente pero no somos nosotros quienes hacemos las inspecciones de la obra. La empresa tiene un contratista que es quien inspecciona la obra” y que por el momento no se han detectado irregularidades.

Sobre el emplazamiento de la subestación, Barletta argumentó que por motivos de suministro energético, es indispensable que Rigolleau esté ubicada en el centro urbano de Berazategui y que por “la no instalación en tiempo y forma de esta subestación hay una imposibilidad de desarrollo alrededor de Berazategui”.

Sin embargo Vaquero opina que el gobierno provincial se niega a trasladar la subestación porque “esto sentaría un precedente a nivel nacional”. Por su parte, fuentes periodísticas locales creen que el motivo es puramente económico: en diciembre de 2004, antes del comienzo de la construcción de la subestación Rigolleau, el Concejo Deliberante municipal firmó una ordenanza para aprobar un emprendimiento inmobiliario que contemplaba la construcción de hoteles, casinos, y viviendas residenciales. El lugar elegido abarcaba la costa ribereña, precisamente donde los vecinos de Berazategui exigirían que se traslade la subestación Rigolleau.

 

 

Muchos palos y pocas palabras

Actualmente los vecinos autoconvocados están acampando en el portón de la empresa, para intentar retrasar la obra y obtener alguna respuesta de las autoridades. En lo que va del reclamo, los vecinos solicitaron audiencias con la Municipalidad, la Secretaría de Ambiente y los gobiernos provincial y Nacional. Según Daniela Vaquero, solo obtuvieron respuesta del Gobierno Nacional, remitiéndolos a la Secretaría de Ambiente y a la provincia. Por su parte, el intendente interino de Berazategui, Patricio Mussi declaró no haber recibido ningún pedido formal de audiencia y aseguró que desde el Municipio “tuvimos diálogo durante los últimos cuatro años con los vecinos, hasta que el juez falló, cuando el juez falló, yo como intendente no tengo ningún tipo de llegada en cuanto a una obra que tiene que hacer una empresa privada, que es EDESUR”.

Desde que comenzó la lucha, los vecinos sufrieron tres represiones: la última ocurrió el 2 de mayo de este año cuando efectivos policiales, contratados como adicionales por EDESUR, actuaron en contra de los vecinos. En estos momentos, el lugar está custodiado por Infantería, la policía provincial y Gendarmería Nacional. Mediante un comunicado de la empresa, se afirmó que la medida respondía a que las fuerzas de seguridad brindaran “las garantías necesarias para que el proceso de construcción de la subestación se desarrolle en las condiciones de seguridad adecuadas». Daniela Vaquero, por su parte, dijo que “estamos siendo perseguidos, realmente acosados por la policia: tienen todos nuestros datos, nos sacan fotos. Fueron los mismos policías quienes nos filmaron durante la represión”.

Consultado por plazademayo.com, Mussi admitió desconocer la presencia de Gendarmería en el lugar y afirmó que “EDESUR contrata el servicio de seguridad que les parezca necesario para poder ejecutar la obra”. El intendente aseguró además que quienes se oponen a la obra no son los vecinos, sino que se trata de “agitadores políticos”. Vaquero, por su parte, asegura que si bien se ha pedido el apoyo de agrupaciones y políticos, desde que comenzó el conflicto “son los vecinos los que toman las decisiones. Acá nadie se lleva chapa ni bandera de nada”.

El vicepresidente del ENRE, Luis Barletta, afirmó que se están manteniendo reuniones informativas con los vecinos y que se hizo un pedido de audiencia con el juzgado federal para aprobar un impasse de la obra. Barletta admitió que “el ENRE estuvo ausente permanentemente, yo estoy desde 2007 acá y me hago cargo de que recién ahora nos acercamos a los vecinos de Rigolleau. Es una barbaridad. No puede existir una obra que se realice con fuerzas policiales”.

Sin respuesta definitiva y enfrentando a las autoridades con pocas armas, el miedo de los vecinos sigue igual que el primer día: “Nos van a matar”, dice una vez más Vaquero.

 

 

Comments

  1. Brian says:

    Bien por el periodismo independiente o eso que simulamos ser.
    Cuando quise publicar sobre esto en Clarín, hace unos tres años, me bajaron el pulgar por la «inversión» de EDESUR y su «relación» con Mussi. Una belleza.

    Hoy soy un periodista freelance semi desocupado. Me alegra que puedas contarlo, Mariana.

    Saludos.